Ángela González con su hija Elisabet de 5 meses en brazos. | Jaume Morey

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Ángeles González confiesa que no estaba en sus planes volver a tener pareja o hijos, pero cuando hace cinco meses le pusieron en los brazos a su pequeña Elisabet, fue un flechazo a primera vista, y solo pudo preguntarse: «¿Por qué he tardado tanto en decidirme?». Tiene 42 años y, como cada vez más mujeres en las Islas, ha tardado en ser madre, en su caso, dar el paso por segunda vez. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la edad más habitual para tener un hijo se ha incrementado hasta los 33 años. Y las cifras de mujeres que son madres con 40 se ha duplicado desde 1975.

Ángeles tuvo pareja desde joven, se casó y tuvo a su primer hijo con 32 años. La edad más habitual. Cuando se divorció, tuvo que comenzar de nuevo: «Tienes una nueva vida de soltera, un hijo medio criado, no piensas en pañales», explica esta mujer, que trabaja como terapeuta en Projecte Home Balears. Tardó en conocer a su actual pareja y no pensó en ningún momento en más hijos. «Tienes que darte un tiempo, pero de repente, llega ese clic, ves que todo funciona, y piensas por qué no tener otro hijo...», relata Ángeles.

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Así se decidieron a ser padres, su pareja por primera vez. «Ya había cumplido 40 años, el tiempo se nos echaba encima. Le dije que lo íbamos a intentar durante un año, porque yo no quería pasar por tratamientos. Si pasa, pasa. Y me quedé embarazada», explica, al tiempo que entiende por qué se tiene descendencia cada vez más tarde. «Primero estudiar, luego tienes que lanzarte a la búsqueda de trabajo. Y uno tarda en emanciparse. Cuando se decide a tener hijos, has pasado la treintena... o los 40. Conozco muchos casos. Amigas que son madres ahora porque se han cansado de esperar a su media naranja, porque no tenían un trabajo estable... hay mil motivos para decir 'voy a esperar un poco más'».

Su familia y amigos se asombraron al principio de la decisión de volver a ser madre, pero después se lo tomaron con emoción: «Tener un hijo es duro, tanto a los 30 como a los 40. Hay muchas cosas buenas, pero debes sacrificar otras, y saber que, al menos hasta que el peque tenga dos años, vas a tener que parar tu vida, porque ese niño depende absolutamente de de ti. Si lo aceptas y lo entiendes, la experiencia puede ser apasionante».

¿Es difícil volver a ser madre pasados los 40? Para Ángeles no está siendo un problema, todo lo contrario. «Hay días de flaqueza, que dices 'ya no puedo más'. Estoy mayor para esto. Pero son los menos. Vengo aprendida del primero. Mentalmente estoy muy tranquila. Ya no soy una novata. Mi marido, por ejemplo, si se apura por todo lo que le pasa a la niña. Yo le digo, no te preocupes tanto, es normal», finaliza.