Muy unidos. Marisol Vélez y su hijo Alberto Jiménez posan en una emotiva imagen en la playa del Coll d’en Rabassa para la entrevista con este periódico. | Pere Bota

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«Durante toda mi vida me negaron en clase un intérprete en lengua de signos pero lo conseguí y este año he aprobado de manera satisfactoria». Alberto Jiménez, de 19 años, tenía que entender las materias que impartían los profesores a través de la lectura labial. Un «gran esfuerzo», dice, y a pesar de ello no entendía todo al cien por cien. «Recuerdo además que una vez me dieron un ordenador que emitía unos subtítulos de lo que decía la profesora y yo debía de leerlos».

Pero tras mucho esfuerzo, se ha convertido en la primera persona sorda de la Isla en realizar todas las pruebas de acceso a un ciclo formativo de Formación Profesional en lengua de signos. No ha sido un camino fácil, pero lo ha conseguido: este año empieza el ciclo de Mediación Comunicativa y su objetivo es ser mediador para la comunidad sorda.

«Por primera vez, he decidido sobre mi futuro académico y es lo mejor que he podido hacer», explica, con orgullo, este joven en una entrevista en la que ha participado una intérprete. Su madre, Marisol Vélez, ha sido un pilar fundamental. Así lo describe Alberto, quien ha tenido que aprender inglés, catalán y otras como geografía en su lengua de signos, todo un reto aunque «ha sido muy difícil», sostiene. Estudió de octubre a mayo y el esfuerzo mereció la pena: aprobó con creces las pruebas de acceso. «Como madre, estoy muy orgullosa y contenta; por primera vez mi hijo ha tenido todos los recursos necesarios como persona», dice Marisol, quien da las gracias a la Federación de Personas Sordas de Balears por haber facilitado la formación de su hijo.

«Que un profesor sepa algo de lengua de signos no es suficientes para nosotros, deberían haber intérpretes profesionales titulados, ya que de esta manera se garantizan que toda la información que se da en el aula se nos transmite correctamente», defiende Alberto Jiménez.

La figura del intérprete es un «derecho que deberían de respetar todas las instituciones porque el hecho de que no tengamos una en la etapa educativa es una gran barrera», sentencia. Su madre Marisol reclamó alguna vez esta figura pero «el profesorado me decía que el equipo ya estaba capacitados para dar clase», pero no fue así. Sin embargo, esta familia no ha dejado de insistir y gracias a eso Alberto cumplirá su sueño académico.

El apunte

Las pruebas en lengua de signos que tuvo que realizar Alberto

El joven explica que tuvo que examinarse de todas las asignaturas para acceder a este ciclo formativo de Mediación Comunicativa, que estudiará a distancia desde Mallorca, aunque tendrá que acudir algunas veces a Madrid. Primero aprendió con intérpretes de la Federación de Personas Sordas de Balears vocabulario básico de cada asignatura, temarios en sí muy diferentes y que son complicadas para las personas sordas. En su caso, estudiaba con estos profesionales por las tardes y también algunas durante mañanas, así de octubre a mayo. Según explica Alberto Jiménez, su ciclo contará con intérpretes en lengua de signos.