Imagen de la fachada del Velòdrom Illes Balears, actaul denominación del Palma Arena. | FEB

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Ha sido un lastre durante más de tres lustros para las cuentas en materia deportiva del Govern, pero en la recta final de la legislatura recién iniciada se le dará carpetazo. El millonario préstamo suscrito con una importante entidad bancaria en 2006 por el por entonces Consorcio para la Construcción del Velódromo de Palma (gestionado a través de la Fundació Illesport), actualmente traspasado a la Fundació per a l'Esport Balear, encara sus últimos pagos de aquí a 2026 tras un largo proceso marcado por la polémica generada por su construcción, trasladada a los juzgados y que ha derivado en un cambio de nombre de la instalación que nació como Palma Arena para convertirse en el actual Velòdrom Illes Balears, con el fin de borrar la huella de corrupción que ha marcado su devenir.

En su día, el ejecutivo presidido por Jaume Matas dio luz verde a una operación financiera por un valor total de 76.280.067,36 euros, de los que 46.400.000 correspondían a la amortización del capital y 29.880.067,36 a los intereses correspondientes. En lo que a la amortización respecta, los plazos correspondientes se abonarían a través de Illesport -ahora Fundació per a l'Esport Balear- en diferentes pagos entre 2010 y 2026. Un total de diecisiete, cada uno por un importe de 2.729.411,76 euros, a excepción del ultimo, que será anecdóticamente ocho céntimos más alto (2.729.411,84).

De la misma manera, se abonan entre 2006 y 2026 un total de 29.880.067,36 euros en concepto de intereses. Ahí, las cifras han ido oscilando cada año, rebajándose en la recta final. En los primeros años, especialmente de 2008 a 2013, las cifras se movían entre 2'1 y 2'5 millones de euros, siendo desde entonces progresivo el descenso hasta los 608.810,46 previstos en 2023 y hasta los 152.202,62 que completarán el abono en 2026, año en el que se pondrá fin a este dolor de cabeza que ha lastrado los presupuestos de Esports durante las últimas legislaturas.

A ello hay que unir otro gasto añadido como es el préstamo derivado de la construcción (y posterior reforma) del aparcamiento del hoy Velòdrom Illes Balears, que durante estos años ha llevado a invertir más de medio millón de euros (562.500) de las arcas públicas a este gasto.

En los últimos años, además, hubo que hacer frente a imprevistos y costas derivadas de contenciosos, como el que afectó a las cuentas de 2018. Entonces, el aumento global de los presupuestos, tanto en la DGE, como en la Fundació per a l’Esport Balear, y en el Consorci del Palma Arena, se explicó por una aportación extraordinaria de ocho millones de euros, destinados a realizar dos pagos (dos de cuatro millones en concepto de amortización, más 354.000 euros de intereses, el 15 de junio y el 15 de diciembre) del plan acordado extrajudicialmente con la UTE constructora del velódromo, relativo a la controversia sobre las cantidades pendientes de pago derivados de su construcción. Ese importe saldrá de Esports, para pasar a la Fundació y, finalmente, al Consorci.

De esta manera, el actual equipo de la Conselleria de Turisme, Cultura i Esports del Govern será quien zanje este capítulo, que ha contado con una serie de derivadas que han afectado a otras instituciones vinculadas al anterior Consorcio, al que el Ajuntament de Palma aprobó en 2007 transferir anualmente entre 2008 y hasta 2027 una cantidad anual de 700.000 euros, hasta completar un importe total de 14 millones de euros.

Millonarias cantidades que reflejan el despropósito que supuso la construcción del velódromo sede de los Campeonatos del Mundo de ciclismo en pista de 2007, principal argumento para el desarrollo de un proyecto cuyo coste de tasó en más de cien millones de euros en su momento, más lo que se destina y proveerá para el mantenimiento de una instalación marcada por la polémica y el escándalo desde el primer día.