En el banquillo de los acusados se sienta ahora en solitario una empresaria española, la pareja del príncipe. En la primera sesión del juicio, que estuvo señalado hace dos años, el acusado sufrió una indisposición y dejó la Audiencia Provincial en una ambulancia. No se ha recuperado. | R.L.

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Decenas de víctimas que denunciaron ser estafados por un supuesto príncipe alemán en Mallorca se ratifican esta semana en la Audiencia Provincial. La Sección Primera celebra el juicio una década después de que estallara el caso. Y lo hace sin el acusado que le dio el nombre, el príncipe Jurgen zu Hohenlohe. Se llegó a sentar en el banquillo de los acusados en abril de 2021. Sin embargo, el primer día del juicio sufrió una indisposición. Las sesiones se suspendieron y, casi dos años después un informe forense provocó que se acordara el archivo provisional de la causa para él porque no está en condiciones físicas para defenderse a lo largo de juicio.

Esa decisión de archivo provisional ha dejado en el banquillo de los acusados a la pareja de zu Hohenlohe, una empresaria de nacionalidad española. Esta niega cualquier engaño a los inversores que la acusan y reclaman para ella penas que llegan a los ocho años de prisión. El juicio arrancó a principios de este mes en la Audiencia y a lo largo de los últimos días han comparecido los afectados, los únicos que ejercen la acusación dado que la Fiscalía considera que no existió delito ni engaño sino que todo se trató de una dinámica comercial fallida. Las víctimas han reafirmado en el juicio que confiaron en que se trataba de inversiones solventes por la presencia del príncipe y por el elevado nivel de vida del que hacían gala los acusados y que acudieron engañados a firmar los contratos ante la promesa de rendimientos económicos muy elevados. También han insistido en el daño que les ha supuesto la estafa. La mayor parte de ellos son ciudadanos alemanes residentes en Mallorca. Todos ellos contactaron con la sociedad European Investments.

Esta mercantil, dirigida por la acusada, prometía unas rentabilidades muy elevadas que empezaron por el veinte por ciento, según algunos de los afectado pero que, en un momento más avanzado llegaron hasta un 48 por ciento. Estos fondos debían financiar un esquema de préstamos e hipotecas y, de hecho, buena parte de las 190 operaciones llevadas a cabo se formalizaron ante notario. Sin embargo, de los ocho millones de euros, los inversores apenas recuperaron 400.000.

Las denuncias de un grupo de afectados detonaron la ‘operación Goa’ que, en el año 2012 provocó la detención del príncipe y de su mujer y su paso por prisión preventiva. La instrucción terminó en el año 2015 y, sin embargo, desde entonces el caso ha acumulado un gran retraso, el último por la salud del príncipe que culminó en que no haya llegado al banquillo de los acusados siquiera.

Las sesiones del juicio está previsto que terminen este viernes. La Fiscalía tendrá que decidir si mantiene su petición de absolución a la vista de la prueba o se suma a las acusaciones particulares a la vista de las declaraciones de los afectados estos últimos días.