Cecil Buele. | Click

TW
22

Con Cecili Buele Ramis quedamos citados en s'Escorxador, edificio emblemático de Palma venido a menos. Tan a menos que a lo largo de ese día, su único wáter (hombres, mujeres y minusválidos) estaba cerrado, por lo cual muchos tuvieron que contenerse, o buscar solución al problema en otro lugar. «Pero lo peor fue el lunes, o martes, pasado, en que había abierto solo el de hombres, con un inodoro para quién tuviera necesidad, formándose una cola que ni te cuento de lo larga que era. Y es que este lugar me temo que ha ido a peor, y eso que ahora ya no está dirigido por la empresa privada, sino que lo lleva el Ajuntament».

Cecili puede contar muchas cosas de este edificio, desde que fue matadero y cuartel de bomberos, para pasar a ser nada, y con los años -1991, con Ramón Aguiló de alcalde- ser reconvertido en lo que es hoy. Así que dejamos la conversión sobre s’ Escorxador para otro día, ciñéndonos a lo que íbamos, a tomarnos un té y un descafeinado con hielo, y a charlar sobre él. Porque Buele tiene muchas cosas que contar. De hecho nos consta que está escribiendo sus memorias, para lo que cuenta con la ayuda de su amigo, el también ex cura y ex misionero, Jaume Santandreu, «a quién acudo por lo bien que escribe, para que me eche una mano y el texto quede mejor. En realidad es un librito en el que me presento como aquel primer mulato nacido en Mallorca, y que a lo largo de su vida ha pretendido hacer cosas a favor de la gente más vulnerable».

-Tu fuiste el segundo negro que hubo en Mallorca, ¿no?
-Sí. Más que negro, mulato. El primer negro que vivió en Mallorca fue mi padre, que se casó con una mallorquina, teniendo cuatro hijos, tres varones y una chica, de los que quedamos dos, pues ella y el hermano más pequeño murieron.

-¿En la escuela, por el color de tu piel, te sentiste en algún momento rechazado o insultado por tus compañeros?
-No, nunca. Todo lo contrario. Tuve el privilegio de ser moreno en Mallorca por ser el único. Tampoco había tenido problemas mi padre, ni mis hermanos.

-Tu padre, entonces, ¿fue el primer negro que vivió en la isla?
-Sí. Había nacido en Guinea Ecuatorial. Cuando llegó a Mallorca fue el chófer de Rafael Feliu Blanes, y más tarde entró en la Diputación como ordenanza y siguió como tal cuando esta pasó a ser Consell de Mallorca.

-Guiem d'Efak decía que él era el primer moreno nacido en Mallorca.
-Sí, lo discutimos muchas veces. Pero él no nació en Mallorca, sino en Guinea. Su padre, que era de Manacor, era Guardia Civil destinado allí, se casó con una guineana y nació él. Por eso, y en todo caso, lo que si fue el primer moreno que llegó a Mallorca. Porque el primero que nació aquí fui yo.

-¿Tu padre a que etnia pertenecía?
-Bubi. La etnia de la isla, la que antes se llamaba Fernando Poo, y ahora Bioko. Desde hace unos años a esta parte, cada 15 de agosto, los bubis que vivimos en Mallorca nos reunimos en una misa, seguida de un almuerzo, en honor a la Virgen Bisila, patrona de la isla.

- ¿Cómo se conocieron tu padre y tu madre?
-Nunca nos lo contaron. Ella era sirvienta en casa del notario Cabot, que vivía en la calle Oms, de Palma, y mi padre trabajaba para los Feliu Blanes, que vivía en la Rambla. Como cuando tenían libre salían a pasear, haciendo prácticamente el mismo camino, Oms, Rambla y Born… Pues seguramente en alguna ocasión coincidieron, se miraron, hablaron, se gustaron y… ¡Pues qué se yo! Ya digo, nunca contaron cómo se conocieron, pero yo me imagino que pudo ser así.

-Entraste siendo un niño en el seminario y al cabo de los años fuiste cura, colgando la sotana años más tarde.
-Mi primer destino como cura fue San Nicolás (1968-69), el segundo, Santa Catalina Thomás (1969-71), luego, como misionero, me fui a Burundi (1971-75), y de ahí, también como misionero, pasé a Perú (1975-78), regresé a Mallorca y me destinaron a La Encarnación, y poco después colgué la sotana.

-¿Por qué?
-Pues porque me quería casar, y así se lo plantee al señor obispo, don Teodoro Úbeda.

-¿Y?
-Pues que don Teodoro me dijo que no podía ser. Que, o sigues en la iglesia, soltero, o te casas. Pero cura y casado, no. Yo insistí en ¿por qué no las dos cosas? No puede ser, contestó. Pues, como te he dicho, colgué la sotana tras decir mi última misa en La Encarnación el 20 de enero de 1982, y luego me casé con Lina Company con quien viví seis años. Hasta que murió.

-Y te casaste otra vez, ¿no?
-Sí. Mi segunda mujer fue Isabel Rosselló, ex monja, Hermana de la Caridad. Habíamos estado en Perú juntos, como misioneros. Cuando regresó a Mallorca se hizo monja-obrera, trabajando en hostelería. ¿Puedo añadir una cosa? Pues que a mis dos mujeres, en el final de sus vidas, las acompañé siempre, incluso cuando fueron en silla de ruedas. Eso me animó, más si cabe, a trabajar a favor de las personas más vulnerables, que es todo lo contrario que hace la sociedad actual, que está más del lado del poderoso. Por eso, me decepciona cualquier organización humana que vaya en contra del sentido del que voy yo.

-¿Has pensado en casarte por tercera vez?
-No, eso está completamente descartado.

-¿La Iglesia, está a favor de los pobres?
-En teoría está a favor de ellos… Pero de la mano de los poderosos. Basta, si no, ver el poder y el dinero que tiene. Y eso se lo dije al obispo Taltavull delante de otra gente: Tú Iglesia no es la mía. Mi Jesús, viendo la catedral llena de turistas haciendo turismo, sacaría otra vez el látigo, porque esa no es la casa que él quiere.

-Volviendo a tu segunda esposa. Dices que os conocisteis siendo misioneros en Perú…
-Sí, pero nos respetamos como nos respetamos todos los misioneros. Yo fui virgen hasta los 37 años, que fue cuando me casé con Lina, mi primera mujer.

-Los curas hacéis voto de pobreza y castidad. ¿Se suele cumplir el de castidad?
-Yo, como te he dicho, lo cumplí. Ahora bien, me temo que lo del voto de castidad está solo en los libros… En más de una ocasión a algún misionero, al preguntar a la madre el nombre del padre de su hijo, más de una le dijo que era el señor obispo.

-¿Qué opinas del momento político actual?
-Pues que estamos en un momento en que se ve claramente que estamos en una democracia de bajo nivel.

-En qué sentido…
-Vemos, por ejemplo, como cosa normal que los políticos se insulten entre ellos y encima mientan con descaro. Por tanto, o aceptamos las cosas como están, o reaccionamos protestando por como han dejado la Democracia. Porque esto nos es Democracia, es otra cosa. Recuerdo que en mis tiempos de concejal por el PSM discutía con el alcalde Fageda, o con Toni Roig, que era del PSOE, pero lo hacíamos con respeto, sin insultos, sin levantar la voz. Entonces el nivel era alto, tanto en lo personal como en lo colectivo …

-¿Qué opinas que la presidenta del Govern, en el Parlamente sacara las fotos de Ternera y Puigdemon?
-Me pareció mal, porque puestos a sacar más fotos, faltaba una tercera, la del Rey Juan Carlos … como fugado.

-Además de concejal de Cort, fuiste conseller de Cultura del CIM, ¿no?
-Sí. ¿Y sabes lo que hice el día que fui a tomar posesión de mi cargo? Me puse la corbata que mi padre, que como ordenanza de la Diputación había llevado. Por cierto, ese día mi padre seguía estando en la puerta, ahora como jubilado del Consell, pues quería verme entrar…. Fue muy emocionante para los dos.