El garaje que esconde la luz

El arquitecto jefe del proyecto, Esteve Torres, explica el problema con el que se encontraron: «Es una parcela muy estrecha, pero con mucha profundidad». Encajada entre otros dos edificios, el reto era darle luz, abrir los espacios y permitir su ventilación. «Optamos por retranquear el edificio siete metros con una pérgola. La fachada es muy opaca y, cuando entras, te encuentras con la vivienda. Conseguíamos luz natural para todas las instancias, una buena ventilación y privacidad», dice el arquitecto.

La entrada, vista desde la calle parece un aparcamiento sin más. Una vez dentro se abre un patio interior coronado por unas vigas de madera que da acceso a lo que es la vivienda en sí. El jurado valoró esta solución porque «se contrapone a la compartimentación tradicional» por la manera en la que juega con los espacios libres.

Esteve valora que es uno de los premios más importantes que ha recibido hasta ahora el estudio, seleccionado con otras obras en otros certámenes y que ahora trabaja, tras ser elegido, para un proyecto del Ibavi. «Estamos muy contentos, es un proyecto con el que estamos muy ilusionados, hemos disfrutado con él y hemos recogido los frutos, que es algo que no siempre pasa», señala.

Los premios, entregados por el Col·legi Oficial d’Arquitectes de Balears en un acto celebrado el jueves en Menorca, también premiaron un inmueble de protección oficial en Maó diseñado por Maria Isabel Bennasar Félix; una casa cuadrada de diez por diez metros responsabilidad del Jardins de Malbúger Lis Figureras y Toni Vidal, y, por último, otra vivienda unifamiliar aislada, planificada por la arquitecta Laura Mendinueta en Binibèquer.