El representante de Ruge (UGT) estatal, Eduardo Magaldi; la responsable del departamento de Juventud de UGT Baleares, Abril Iriani; y la vicepresidenta General de UGT Baleares Xisca Garí. | Pere Bota

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Lo tienen difícil para consiguen un empleo y cuando lo consiguen, es parcial, inestable y precario. Un trabajador de menos de 25 años en Baleares cobra 13.984 euros de media al año y si tiene entre 20 y 35 años, la situación no mejora demasiado, 20.075€ anuales. Todavía lo tienen peor las mujeres: cobran alrededor de mil euros menos haciendo las mismas funciones que los hombres.

Son datos de 2023 extraídos de una reciente macroencuesta realizada por la conselleria de Afers Socials en colaboración con el IBESTAT, que ha hecho públicos este martes el sindicato UGT, y que reflejan que los jóvenes empiezan a trabajar de media en Baleares a los 18 años y a cotizar a los 19 años, sobre todo en hostelería y comercio. El 80% lo hace con un contrato indefinido y el 75% a jornada completa. La macroencuesta señala que siete de cada diez jóvenes obtiene su primer trabajo en el sector privado, según ha destacado la responsable del departamento de juventud de UGT Baleares, Abril Iriani.

La precariedad laboral provoca que los jóvenes abandonen cada vez más tarde la casa de los padres para iniciar su propio proyecto de vida. La tasa de emancipación en los jóvenes de entre 19 y 26 años ha caído en Baleares casi 20 puntos desde 2019 (37%) hasta situarse en el 18’6% en 2022.

En España, la edad media de emancipación se sitúa en los 30 años, la más alta de las dos últimas décadas. Y una vez dado el paso, los jóvenes han de destinar más del 80% de sus ingresos a pagar el alquiler si quieren vivir solos. Un problema que se agrava en Baleares, donde el índice de esfuerzo inmobiliario, que mide el número de años de sueldo íntegro destinado a adquirir una vivienda, se sitúa en 16 años frente a los 7’4 de la media española.

Los efectos de la reforma laboral reflejados en los datos recientes de ocupación en Baleares permiten aportar un cierto optimismo dentro de la gravedad de la situación: 2022 se cerró con el 42% de las personas jóvenes trabajando, la cifra más alta desde 2019. Y Baleares es actualmente la segunda comunidad del estado con el índice más bajo de paro juvenil de los últimos quince años (19’40%).

Además de las dificultades para acceder a un empleo, el alto índice de paro juvenil, la inestabilidad y la precariedad laboral y los sueldos bajos, la vicesecretaria general de UGT Illes Baleares, Xisca Garí, denuncia «la constante invisibilización y discriminación a la que se enfrentan las personas jóvenes en su lugares de trabajo» que les impide desarrollarse como profesionales y ocupar puestos de responsabilidad. Por eso, invita a «empresas, instituciones y organizaciones a romper estigmas y perjuicios y abrir espacios reales de participación y diálogo que permita a las persones jóvenes contribuir con sus ideas, conocimientos y energía».

A Eduardo Magaldi, responsable de Revolución Ugetista (RUGE), la organización de jóvenes del sindicato en el ámbito estatal, le preocupa que «el enorme desconocimiento» que las nuevas generaciones tienen sobre sus derechos como trabajadores permita acelerar la «normalización» de la precariedad laboral que sufren. Por eso, RUGE ha reeditado y puesto al día «La Garra», una guía básica laboral para que todas las personas trabajadoras, especialmente las más jóvenes, conozcan sus derechos laborales y resuelvan sus dudas sobre condiciones de trabajo.