Imagen del Club de Vela del Port d'Andratx. | CVPA

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El hecho insular y vivir rodeados de mar hace de este escenario un punto clave para la economía de un escenario como Baleares. Y en ese punto, los clubes náuticos de Baleares reclaman su espacio y relevancia dentro del arco social, deportivo y económico en un momento clave para algunos de ellos, inmersos en los procesos de ampliación de sus concesiones. Un impás que tiene en el aire el porvenir de algunas entidades emblemáticas de las islas, como el Real Club Náutico de Palma como abanderado, además de los de Mahón o Ibiza.

En ese escenario, la Asociación de Clubes Náuticos de Baleares abandera la defensa del colectivo y las veinticuatro entidades del archipiélago que la integran, apelando a su papel como 'polideportivos del mar' y enfocados hacia una vertiende de promoción de la náutica social. Porque los clubes náuticos fueron las primeras instalaciones náutico-deportivas de la comunidad, representando un 40 % de los amarres existentes en Baleares, copando el 70 % de los de pequeña eslora con un total de 8.572, según el estudio de impacto económico y social de los clubes náuticos realizado por el Departamento de Economía y Empresa de la UIB.

Los 24 clubes náuticos de Baleares tienen una antigüedad media superior a los 65 años, siendo algunos de ellos centenarios (CM Mahón, CM Molinar de Levante, CN Ciutadella...), y reuniendo a más de 12.000 socios. La actividad de los clubes náuticos genera un volumen de negocio equivalente al 1'9 % del PIB de Baleares, realizando además inversiones en el dominio público marítimo portuario por un valor de 141 millones de euros, además de abonar cánones que suman 18'7 millones de euros anuales, en el caso de 2022.

Son, además un motor para el mercado laboral, pues generan puestos de trabajo cualificados, tanto para labores de mantenimiento y servicios portuarios como para la formación en materia deportiva. Los clubes náuticos de Baleares generan 1.132 puestos directos, en su mayor parte fijos, a los que hay que añadir la cuota de trabajadores temporales, principalmente vinculados al deporte o la organización de eventos o regatas, que ascienden a 2.127, totalizando 3.259 empleados.

Esa vocación de entidades sin ánimo de lucro hacen que los recursos económicos obtenidos se reviertan en su totalidad en la promoción del deporte náutico, las actividades de índole social, cultural y medioambiental, de la misma manera que en la mejora de las instalaciones, calculándose la inversión en deporte en unos 11 millones de euros anuales.

Todo ello tiene un reflejo en el potencial deportivo de Baleares en deportes náuticos (vela, piragüismo...), reuniendo a más de 8.000 jóvenes, de los que más de 3.000 son deportistas federados. Además, dan cobijo a 344 técnicos y más de 300 competiciones. El reflejo se plasma en los resultados, con más de 300 títulos de diferente calibre en competiciones nacionales, 54 internacionales, 44 mundiales y 6 olímpicos.

La problemática en cuanto a la renovación de las concesiones de los clubes náuticos tiene a muchos en el alambre. Por ello, solicitan mantener el equilibrio entre las diferentes formas de gestión existentes (directa/clubes náuticos/marinas), reconociendo su función deportiva, con cambios normativos que valoren ese trabajo para poder mantener las concesiones. De hecho, al ACNB reclamó a la presidenta del Govern, Marga Prohens, que reclame la cogestión de los que dependen de la Autoridad Portuaria.

Además, reclaman la transferencia a la comunidad autónoma de la gestión de la náutica de recreo y soluciones a los problemas de dragados en las zonas portuarias y la eliminación de la Tasa G5. Aunque contar con una ley de puertos que les abra las puertas a su continuidad y defienda su estatus, es un punto de partida clave.