Grupo de la unidad específica de EPOC del hospital Son Llàtzer. | Emilio Queirolo

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El tabaco es el principal factor de riesgo en el desarrollo de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y, desde que se aprobaran las diferentes leyes a nivel nacional, su consumo se ha reducido, logrando a su vez rebajar la incidencia de esta patología. Sin embargo, el 11 % de los fumadores de más de 40 años padecen EPOC y cada vez más afecta a las mujeres. Así lo explicaba ayer la responsable de la consulta específica de Son Llàtzer, la neumóloga Antònia Fuster, con motivo del Día Mundial de esta enfermedad. «Los adolescentes y mujeres se inician antes en el tabaquismo y esperamos que en un tiempo haya más casos entre ellas que entre ellos», advirtió la especialista.

El EPOC «es una enfermedad crónica, progresiva, que se caracteriza por la dificultad de la entrada del paso del aire debido a una obstrucción, por una inflamación a nivel bronquial», describe la neumóloga quien a su vez, advierte de que «es el prototipo de la enfermedad crónica».

Su causa principal reside en el tabaquismo aunque también depende del efecto de la biomasa o la contaminación, así como en muy pocos casos, por factores genéticos. Además, está estrechamente ligado al cáncer de pulmón, «los pacientes con EPOC tienen mucho más riesgo a padecerlo». Ellos serán los primeros en someterse a las futuras pruebas de cribado, en caso de que lleguen a implantarse. «No está instalado pero si en vías de desarrollo», confirmó la experta.

A su lado, el enfermero de la consulta específica del servicio de neumología, Andrés Melero, comentaba que este tipo de pacientes con la enfermedad ya avanzada «incluso pueden necesitar oxígeno portátil o terapia nebulizadora para hacer el tratamiento en su domicilio». En cualquier caso, en esta consulta de Son Llàtzer hay vía directa con el paciente para seguir su correcto tratamiento y evolución.

Bien lo saben tanto Joan Palau como Antonio Merenciano, ambos usuarios del servicio y ahora formados como pacientes activos contaron ayer su experiencia. «Fumé durante 25 años y lo dejé a los 38. Primero tuve un enfisema y después desarrollé EPOC», contó Palau. «A los 78 ves cómo vas perdiendo cosas que podías hacer y ya no, como ir a cazar o a la montaña. Y los resfriados te afectan mucho más», remarca. Por su parte, Merenciano, de su misma edad, insiste en que dejar el tabaco es cuestión de voluntad.