Pasajeros en el aeropuerto de Son Sant Joan de Palma. | Ruiz Collado

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Los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) han advertido hoy de que el servicio de control de pasajeros del aeropuerto de Palma se encuentra «en riesgo de colapso». Según denuncian, son solo cinco los técnicos encargados de prestar este servicio durante las 24 horas del día y 365 días al año; se trata de una plantilla muy ajustada que además, asevera Gestha, debe lidiar con continuos cambios de horarios y turnos de trabajo que han aumentado la duración de los mismos.

Cambios «caprichosos», y «lesivos» adoptados «sin justificación alguna» por parte de la delegación balear de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT). El resultado: cuatro bajas médicas por el deterioro del clima laboral que han llevado a que algunos días ni siquiera se preste el servicio.

Gestha asegura que la propia dirección de la AEAT les ha reconocido que «hay días en los que no se realiza ningún tipo de control de viajeros en el aeropuerto». Unas instalaciones, recuerda, por las que este año han pasado más de 30 millones de pasajeros hasta noviembre, es decir, un volumen solo superado por los aeropuertos de Madrid y Barcelona.

Los cambios en los cuadrantes semestrales de horarios y turnos -que han pasado de semestrales a mensuales-, denuncian, «impiden la conciliación y multiplican los desplazamientos al aeropuerto». Todo ello degenera en un ambiente «tóxico» evidenciado en el hecho de que «el 80 % de los técnicos de este servicio sufren el síndrome del trabajador quemado».

El secretario general de Gestha, José María Mollinedo, solicita a la AEAT que investigue la situación de los trabajadores conforme al procedimiento estipulado de investigación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, «de manera que se determinen las causas que han desencadenado y generado los daños en su salud, y se adopten las medidas correctoras que las elimine, así como las de cuidar y proteger a los trabajadores afectados y facilitar su recuperación».