María Frontera preside la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca desde 2018. | Pere Bota

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Maria Frontera (Palma, 1968), presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca desde 2018, cree que el sector dará una gran salto cualitativo en los próximos años gracias a la inversión tecnológica y la formación.

¿Con qué perspectivas afrontan la ITB de Berlín?
Se están cumpliendo todas las previsiones de apertura de la planta hotelera del 69% en marzo y el 90% en abril y las ventas van bien. La pre-aperturas en febrero han activado al resto de actores en todas las zonas turísticas, incluida la administración pública..

¿Este verano va a ser mejor que el 2023?
Las perspectivas son buenas. La diferencia respecto al año pasado es que hay más reservas anticipadas debido a que algunos de nuestros mercados emisores, como el alemán, están tocados por la recesión y han decidido comprar vuelos y reservas de hotel con mayor antelación y a mejor precio.

Cerca de 18 millones de turistas vivieron a Balears durante 2023. ¿Es sostenible?
No somos amigos del volumen y buscamos la manera de crecer mejor, de una foma más equlibrada y aportando más valor. Ahora tenemos visitantes en épocas del año en las que antes no teníamos, lo que quiere decir que desestacionalizamos bien. Y eso implica empleo más estable y mejorar el crecimiento. Hay que entender bien las cifras y tener en cuenta que las estancias medias son menores, lo que hace que haya más movimientos de viajeros. Lo importante no es crecer por crecer sino cómo crecemos.

¿Subir los precios es la vía hacia el turismo de calidad y la desmasificación de las islas?
No es la única. La calidad de la experiencia que busca el cliente es difícil de medir porque depende de muchos factores. El precio es un filtro, pero sólo los puedes subir si has invertido y reposicionado tu producto. Debemos hacer los deberes y aprovechar las oportunidades que el momento y el mercado permiten.

Los sindicatos advierten de que si ustedes no reparten los beneficios se quedarán sin trabajadores
La pandemia ayudó a que hubiera un mejor entendimiento entre patronal y sindicatos y el convenio que firmamos el año pasado demuestra que el compromiso del sector es siempre mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. Hemos invertido mucho en tecnologia y eso hace que mejoramos en eficiencia y que los trabajadores puedan dedicarse a tareas donde aportan más valor. Yo veo un entendimiento mayor que hace unos años, debido también a que se van incorporando trabajadores jovenes con otras prioridades y una manera diferente de ver las cosas.

Un año después de la firma del convenio de hostelería han mejorado los sueldos pero siguen estancados los estudios de cargas de trabajo y la formación ¿Por qué?
No hay ningún estancamiento. La formación sobre las cargas de trabajo se empezaron a finales del año pasado. Está calendarizado, y entre marzo y abril habremos hecho todas las formaciones en las distintas zonas turisticas. Entendemos que el tiempo estipulado para impantar todo el proceso es hasta marzo de 2025 y por tanto estamos en tiempo y forma.

¿Y la formación?
Intentamos introducirla en el convenio, pero los sindicatos decidieron que no era el momento. En el próximo la intentaremos fortalecer, porque es una debilidad que arrastramos desde hace años. Con la formación, unida a la inversión tecnológica, querenos aumentar nuestra productividad para ser más competitivos como destino, lo que se traducirá en mayor bienestar para toda la sociedad.

¿El alquiler turístico es el culpable de la masificación y de la falta de vivienda?
Hoteles y alquiler turístico llevamos conviviendo más de 40 años. La irrupción de las plataformas en internet hizo que hubiera un ‘boom’ masivo descontrolado que comportó problemas de movilidad y convivencia, entre otros. La oferta ilegal está dañando a todo el sector porque es la que provoca todo este malestar hacia la actividad turística y un deterioro de la convivencia, Hay que combatirla desde todos los canales.

¿El Consell de Mallorca es lo suficientemente contundente contra la oferta ilegal?
Se debería intentar digitalizar los procesos dentro de la administración pública, sobre todo en el Consell, porque si no no van avanzar. El decreto de simplificación administrativa puede ser muy útil en ese sentido. Tiene que haber cambios importantes porque estamos ya en una situación de urgencia en temas de gestión de territorio

¿Se lleva mejor con Jaume Bauzá que con Iago Negueruela?
Tengo capacidad para llevarme bien con todo el mundo. Lo que pasa es que cuando uno es conseller de turismo, no puede serlo sólo de economía y de trabajo, y debe aportar también en turismo. Tanto con Jaume Bauza como con Marcial Rodríguez nos hemos puesto a trabajar, que es de lo que se trata. Y queremos hacerlo con datos actualizados para saber qué medidas se han de tomar.

¿Está tardando mucho el Govern en levantar la moratoria de plazas turísticas?
El PIAT se hizo con datos de 2016, por lo que hay que actualizar cómo está el territorio y cada uno de los municipios. Tiene que haber un análisis de la situación de todo el ecosistema turístico para ir tomando medidas valientes. Una importante es que el ITS financie una gran inversión en el ciclo del agua, por ejemplo. Hace falta un plan estratégico para Balears que tenga en cuenta la circularidad, porque no vamos a conseguir una economía alternativa a la lineal sino vamos todos de la mano.

¿Quién tiene razón, los taxistas o Uber?
La movilidad va mucho más allá y tenemos un problema grave porque no se han hecho políticas adecuadas desde hace muchos años. Los residentes y los visitantes queremos movernos de la manera más rápida, eficiente y económica posible, Y si es sostenible, mejor. Hay que mejorar el transporte público. En los últimos veinte años hemos crecido un 40% en población y el número de taxis que tienen los ayuntamientos no sólo no se ha adecuado a ese aumento, sino que ni tan solo tiene en cuenta la población flotante. Necesitamos que toda Mallorca sea un área de prestación conjunta para que cuando un taxi va del aeropuerto a Capdepera pueda recoger allí a otro turista de vuelta sin que sea ilegal o le pongan una multa.