La economía intensiva de temporada favorece la infracualificación de los trabajadores.

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Baleares es el territorio de España con más trabajadores infracualificados. 3,1 de cada diez empleados ocupa un puesto para el que no están preparados, al menos académicamente. La infracualificación es una constante prácticamente en todo el mercado laboral de las Islas, aunque es más pronunciada en los sectores agrícola, ganadero y pesquero; en la fabricación de maquinaria, de equipos electrónicos y de transporte; y en la industria de la energía, el suministro de aguas y la gestión de residuos.

Solo en la administración pública, la educación y la sanidad, el número de puestos ocupados por personas sobradamente preparadas (13,6 %) supera al número de puestos ocupados por personas insuficientemente preparadas (13,4 %) con apenas una diferencia de dos décimas.

Este y otros datos pueden ser consultados a través de la aplicación Impulsa Balears gratuita (bajo registro) para toda la ciudadanía. Desde el año 2016 la Fundació Impulsa Balears evalúa con una aplicación los distintos desajustes que se producen en el mercado laboral de las Islas, algo que repercute en la productividad. Solo con un diagnóstico adecuado la sociedad será capaz de impulsar un cambio.

Lo cierto es que ya se están adoptando algunas medidas, pero ¿son suficientes para revertir la situación? En los últimos años el Govern ha reforzado la oferta de ciclos de Formación Profesional en Baleares. A la vez, sindicatos, patronal y comunidad autónoma firmaron un acuerdo para que los trabajadores de Baleares, con una dilatada experiencia en este tipo de sectores, puedan obtener certificados de profesionalidad que reconozcan sus conocimientos no oficiales. El convenio caduca a finales de 2024 y a día de hoy no se conoce si se renovará.

Aina Ripoll es la directora de la Unidad de Inteligencia económica de Impulsa. «Lo que medimos con nuestra herramienta son los desequilibrios en materia de competencias en el mercado laboral de Baleares, los responsables de esta situación no son los trabajadores por sí solos ni las empresas por sí solas. Cuando en el mercado se juntan oferta y demanda intervienen cuestiones como la eficiencia, la formación académica, las pautas de formación en las propias empresas… Son muchas las cuestiones que determinan que haya desequilibrios y es cierto que estos desequilibrios se dan más en Baleares que en el resto de territorios», dice la experta.

¿Qué ha llevado a la población de Baleares a la cola del ránking nacional de cualificación laboral? «Una de las principales causas la encontramos en otro tipo de desequilibrio que es la escasez de trabajadores. Faltan trabajadores con competencias de lo que llamamos tramo medio que son los estudios postobligatorios no universitarios, es decir la FP y el Bachillerato», explica Ripoll. En estos momentos, aunque todos los ciudadanos con estudios postobligatorios no universitarios de Baleares trabajaran, solo se cubrirían un 58,3 % de los empleos de este tramo que requiere de una cualificación media.

Este último dato no debería sorprendernos. Los empresarios llevan dos años advirtiendo de la falta de especialistas en distintos sectores. Demandan electricistas, carpinteros… Son oficios para los que (como ocurre en la sanidad o en los tribunales) en teoría se exige una competencia adecuada. Lo sorprendente no es que los puestos de trabajo no se cubran sino que se cubran con trabajadores sin la cualificación adecuada. ¿Qué lleva a trabajadores y a empleadores a esta situación?

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Xisca Garí, portavoz de la gestora UGT Balears, opina que «la falta de adecuación es el resultado del modelo económico intensivo de trabajo en servicios que tiene nuestra comunidad autónoma y del abandono escolar prematuro que conlleva». «Para resolver este problema es importante que la frase ‘El saber no ocupa lugar’ sea una realidad. A mejores estudios deberías tener un mejor sueldo y condiciones laborales y eso no suele ser así», añade.

Para Jordi Mora, presidente de Pimem, «el problema no es que las empresas contraten trabajadores con infracualificación». «Hemos de tener una visión mucho más amplia. En Baleares tenemos dos problemas estratégicos: La falta de vivienda y el fracaso escolar. Eso hace que tengamos trabajadores con poca o baja cualificación. Las empresas necesitan mucha mano de obra cualificada y no cualificada. Demandan y contratan personal muy cualificado pero faltan trabajadores. Es un problema histórico y endémico al que entre todos hemos de dar solución», dice.

David Abril, profesor de Sociología en la UIB y miembro del Observatorio Social de Balears advierte de que «desde una perspectiva sociológica y económica en Baleares nunca pensamos en la necesidad de que las empresas se adapten a las necesidades de la gente y no al revés. El fracaso escolar y la falta de vivienda son la consecuencia de un modelo económico de explotación intensiva de temporada que busca la rentabilidad por encima de todo».

Sabiendo por qué empresarios y trabajadores normalizan que 3,1 de los puestos laborales de Baleares estén ocupados por personal no cualificado, falta saber si la infracualificación o la sobrecualificación tienen algún tipo de sesgo. ¿Hay más mujeres o hombres infracualificados?

Del total de trabajadores empleados en un trabajo no adecuado a su competencia el 55 % son varones y un 41,8 % son mujeres. La diferencia no es demasiado significativa pero se agudiza si nos fijamos en si el desajuste viene por estar sobradamente o excasamente preparados. El 41,9 % de esos hombres están poco preparados y solo un 13,1 % está sobrepreparado. En cambio entre las mujeres apenas hay diferencia. Del total de mujeres que ocupan puestos no adecuados a sus estudios el 20,8 % tiene un trabajo que supera sus conocimientos académicos y un 21 % ocupa un trabajo de categoría inferior a sus estudios.

¿Ocurre lo mismo en otros segmentos?¿Hay más españoles o más extranjeros infracualificados?¿Estamos desperdiciando talento? Si desglosamos los mismos datos por nacionalidades observamos que el 47,3 % de los trabajadores empleados en puestos no acordes a su formación académica son españoles. De ellos la mayoría (un 33 %) están infracualificados mientras que un 14,3 % están sobrecualificados. Las cifras se invierten si nos fijamos en los trabajadores extranjeros procedentes de países de la Unión Europea. Son un 45,1 % de los que la mayoría están sobrecualificados (un 26,2 %) y un 18,9 % están infracualificados. Los extranjeros no comunitarios que ocupan puestos no acordes a sus estudios son minoritarios (un 18,9 %) pero entre ellos proporcionalmente desperdiciamos más talento. Un 34,4 % están sobrecualificados y un 20,1 % están infracualificados.

Si algo de todo este desajuste puede mirarse con cierta positividad es el desglose por edades. La ocupación en empleos sin suficiente titulación académica es mucho más alta entre los mayores que entre los jóvenes, por lo que si se consigue frenar el abandono escolar y no hay sorpresas, es de esperar que a medida que los más mayores se jubilen, Baleares mejorará sus cifras. Lideran el desajuste de cualificación los mayores de 50 años con un 53,2 %. De ellos, la mayoría están infracualificados (un 39 %) mientras que un 14,2 % están sobrecualificados. Les siguen los trabajadores de entre 30 y 49 años de los que un 30,3 % están infracualificados y un 17,4 % están sobrecualificados. Entre los menores de 30 años es donde más desperdiciamos el talento, aunque siguen siendo mayoría los infracualificados (con un 24,2 %) frente a los sobrecualificados (un 19,7 %).