La mejora del modelo surcoreano en todos los aspectos es impresionante, lo que lo convierte en un vehículo para disfrutar de verdad sobre la carretera. | Miquel Àngel Llabrés

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La segunda versión del i20 poco tiene que ver con la anterior ya que ha experimentado grandes cambios respecto al modelo precedente y todos han sido más que positivos. Ahora se pone a la venta en su versión de 3 puertas, Coupé, la cual le confiere un carácter mucho más deportivo.

El interior de esta nueva versión sigue siendo bastante amplio y el acceso a la parte posterior del vehículo se realiza de forma bastante fácil gracias al sistema que ofrecen los asientos, a los que se une una puerta delantera de grandes dimensiones.

La estética del i20 ha experimentado grandes cambios también respecto a la versión anterior, que se notan en todos los ángulos del vehículo. Se trata de un diseño sencillo pero muy resultón. Así, la parte delantera se caracteriza por contar con unos faros alargados, que lleva unas luces diurnas de lo más atractivas. La parrilla delantera, bastante baja, acaba de dar al automóvil un cierto aire deportivo y dinámico, a conjunto con el resto de la carrocería tres puertas.

La parte posterior es igualmente moderna con unos faros también rasgados, que se caracterizan por tener iluminación mediante LEDs, lo que le confiere este aspecto de calidad que caracteriza al nuevo i20. Las llantas de aleación también son de lo más acertadas.

PROPULSOR
En cuanto al motor, el automóvil que hemos probado cuenta con el propulsor diésel 1.4 CRDi de 90 CV que, si bien no tiene unas prestaciones muy altas, sí que ofrece al conductor cierto brío deportivo que se ve mejorado por un chasis de lo más bien conseguido.

Este motor es bastante silencioso y lo que podemos destacar de él es que sube de vueltas de forma progresiva, sin grandes picos, lo cual viene favorecido por unas marchas ni largas ni cortas. Quizá se echa de menos una aceleración un poco más enérgica, pero los 12’1 segundos que tarda para ponerse de 0 a 100 Km/h son suficientes, aunque su comportamiento compensa bastante la potencia comedida del motor.

El comportamiento en carretera ha sido una de las grandes sorpresas positivas del vehículo ya que se ha elegido una configuración más bien dura, que no penaliza la comodidad interior y que mantiene al vehículo en la trazada en prácticamente cualquier circunstancia. En las curvas no tiene tendencia a subvirar ni a sobrevirar en ningún momento, lo que lo hace un automóvil rutero de lo más interesante. En este aspecto es sin duda uno de los mejores de su categoría.

INTERIOR
En el interior también se ha realizado un gran trabajo, ya que poco tiene que ver éste con el de la versión anterior. La tecnología que se ha utilizado para el nuevo i20 se parece bastante a la usada por Volkswagen en el interior de algunos de sus modelos.

Así, el marcador combina perfectamente la información analógica y la digital, con una pantalla de dimensiones suficientes en el centro donde se ofrecen al conductor las cifras del ordenador de a bordo o las recomendaciones del cambio de marcha y es de muy fácil lectura y manejo.

Quizá se echa de menos una pantalla en la consola central, pero sí que cuenta con elementos tan interesantes como climatizador electrónico, plegado de retrovisores eléctricos, techo eléctrico y panorámico, etc.

Las calidades del interior se han cuidado mucho, con ausencia casi total de telas y de plásticos duros, con lo que se reducen de forma clara los ruidos molestos por el paso del tiempo.