El nuevo modelo entra de lleno en el segmento de SUV pequeños con su atractiva combinación de ingeniería, diseño y un concepto flexible orientado al conductor. | Francisco Tortella Mas - Ingo Barenschee

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Como es habitual en la firma nipona, las formas contemporáneas del Mazda CX-3 son una promesa de diversión y elegancia. De frente, llama la atención su imponente parrilla con siete lamas en tono plateado y las alas cromadas que se extienden hasta los faros con tecnología Full LED (de serie en acabado Luxury). En la parte trasera, el diseño limpio de los faros, con un entrante para la placa de matrícula, acentúa su voladizo trasero corto. Los intermitentes se prolongan desde los laterales del coche hasta el portón trasero complementando una luz de freno con forma tridimensional. Otro detalle es la doble salida de escape que pone aún más de relieve la durabilidad de la sección trasera deportiva de este SUV.

INTERIORES
El interior está articulado en torno al conductor y a la conducción. La organización del espacio y la gran superficie acristalada contribuyen a ofrecer una excelente visión trasera, incluso en diagonal, lo que resulta muy útil en los cambios de carril o en las maniobras marcha atrás en los aparcamientos. El maletero de 350 litros crece hasta los 1.260 litros cuando se abaten los asientos traseros 60/40.

La funcionalidad del habitáculo se articula en torno a la interfaz hombre máquina de nueva generación de Mazda y prueba de ello es la pantalla Head Up Display (de serie en acabado Luxury) y la pantalla táctil de 7 pulgadas (acabado Style con Pack Style), situada en el salpicadero sobre la consola central que concentra la oferta de información y entretenimiento —y también la puerta al sistema de conectividad para smartphone MZD Connect (acabado Style con Pack Style)–.
Bajo el capó del Mazda CX-3 se oculta un motor de gasolina 2.0 l. SKYACTIV-G —en dos variantes de potencia 120 y 150 CV— o un motor diésel limpio 1.5 l. SKYACTIV-D de 105 CV. La potencia que entregan se transmite a las ruedas delanteras (o a las cuatro ruedas) mediante una transmisión automática SKYACTIV-Drive o una manual SKYACTIV-MT, las dos de seis velocidades.

Ambas motorizaciones son eficientes más allá de lo convencional, gracias a sus relaciones de compresión extremas, a su diseño ligero y al sistema de corte de ralentí i-stop que montan de serie.

El nuevo Mazda CX-3 combina la distancia al suelo típica de un SUV con la estabilidad y el comportamiento en curva de un compacto. Se encuentra disponible en versión de tracción delantera (FWD) —con consumos muy eficientes —o con el nuevo sistema de tracción total inteligente de Mazda (AWD).

El nuevo Mazda CX-3 ofrece un amplio equipamiento de sistemas de seguridad activa i-ACTIVSENSE. Esta tecnología explota al máximo los dispositivos de detección más avanzados; desde cámaras de alta definición y sensores de radar hasta alertas para el conductor. i-ACTIVSENSE es como un sexto sentido que primero avisa del peligro inminente y después, si es necesario, interviene para evitar que se produzca un accidente.