Joan Verger, junto a su Simca 100 de competición. | Laura Gómez

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Juan Verger ha dedicado buena parte de su vida a la competición. Durante sus años mozos participó en carreras de rallies y de subidas, muy populares en la Isla en la década de los años ochenta. En su años de competición, entre otros muchos coches, tuvo un Simca 1000, muy popular para estas competiciones; de ahí que hace ocho años decidiera que una buena forma de darse un homenaje era un modelo de este coche, de 1973.

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Juan está casi retirado de las carreras, aunque todavía participa en alguna; por eso, este coche se pasa la mayor parte del tiempo en el garaje, aunque su hijo Juan, que también heredó el gusanillo de la competición, suele realizar alguna subida con este vehículo. Juan no es un coleccionista de clásicos, pero además de este Simca, posee también un Seat 600 de 1971, que compró a unas vecinas y que utiliza en contadas ocasiones para pasear.

Los Simca se pusieron de moda en los años 70 y llegó al mercado para sustituir al Renault Dauphine. Se fabricaron dos millones de unidades y en esta década era un coche muy adaptable para la competición.