Estéticamente se trata de un vehículo con aspecto dinámico, sin grandes excentricidades, y conserva el aire de ‘familia’ del resto de la gama. | Miquel Àngel Llabrés

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Eran muchos lo que echaban en falta este modelo, el HRV (sobre todo los vendedores de los concesionarios Honda), cuyas iniciales significan Hi-rider Revolutionary Vehicle. La primera versión de este SUV fue producida entre los años 1999 y 2006. Después de casi diez años sin tener un SUV de estas dimensiones, la marca japonesa se vuelve a poner las pilas y saca una nueva versión con unas características parecidas, pero evidentemente actualizado.

De hecho, ha vuelto a entrar en el mercado con mucha fuerza, puesto que ha tenido una gran aceptación por parte de los fieles clientes de la marca, deseosos de un modelo de estas características. Esto tiene aún más mérito teniendo en cuenta el panorama actual repleto de vehículos de similares características.

La versión 2015, de 4’29 metros de largo, cuenta con una parte delantera mucho más aerodinámica que la del modelo anterior, que presenta una mayor y mejor imagen de marca gracias a sus ópticas de grandes dimensiones, rodeadas de un faldón anterior bastante bajo para ser un SUV y de unos parachoques de lo más envolventes.

La parte posterior también cuenta con unos faros bastante modernos, pero que sobre todo llaman la atención por ser muy diferentes a los que llevan los otros vehículos de la marca. De hecho, tienen un gran parecido a los que lleva el DS 4. De la parte trasera del vehículo también destacamos el hecho de que los parachoques sean bicolor, lo que le confiere una gran practicidad a la hora de aparcar y cuando aparquen los demás.

MOTOR
El propulsor que hemos probado es el 1.5 i-VTEC de 130 CV con cambio automático. Con el modo D, el vehículo se muestra un poco perezoso a la hora de subir vueltas, pero con el modo S (Sport), el HRV cuenta con más nervio, que se nota porque circula más alto de vueltas.

En este modo deportivo nos ha sorprendido que no sea muy silencioso al acelerar firmemente. Esta versión automática (CVT) tarda un segundo más para acelerar de 0 a 100 Km/h (11’2 segundos). En la recuperación se muestra un poco más lento que en la aceleración, aunque sus prestaciones son más que suficientes para poder circular de forma alegre sin problemas, y todo ello sin un consumo alto de combustible. La marca anuncia una media de 5’2 litros, curiosamente medio litro menos que la versión manual. Nosotros, en un recorrido mixto, hemos conseguido 6’7 litros, que es una cifra de consumo interesante.

En el comportamiento en carretera, se muestra demasiado subvirador en las curvas más cerradas, sin que tienda a perder la trazada.

INTERIOR
El interior del HRV está muy equilibrado en todos los sentidos. Los cinco posibles ocupantes van cómodamente sentados, con suficiente espacio para las piernas y con la posibilidad de llevar bastante equipaje gracias al doble fondo que tiene el maletero.

Las calidades del interior son bastante buenas, con la ausencia casi total de plásticos duros, que son los que provocan a la larga esos molestos ruidos. La disposición de todos los elementos es la lógica, sin ninguna de las excentricidades que adornan por ejemplo al Civic, que tiene un interior más futurista. Los marcadores se encuentran posicionados con la distribución clásica, con una pequeña pantalla en la parte derecha del cuadro de instrumentos donde se da información práctica al conductor. La consola central está presidida por una pantalla táctil de grandes dimensiones, en la que se encuentran importantes gadgets de comunicación o el práctico navegador.