Gabriel Bennàsar es el propietario de este Seat 127 de 1975, un coche que adquirió de segunda mano. | Juan Miguel Giménez - miquel a. cañellas

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Gabriel Bennàsar es un apasionado de las motos, pero que por necesidades del trabajo acabó comprándose un ‘utilitario’, como se denominaba a estos coches en la década de los setenta. Fue en 1999 cuando le surgió la oportunidad de adquirir un Seat 127 de primera serie y que se encontraba relativamente bien y con unos cuarenta mil kilómetros, que no eran muchos para los que se les hacía a los vehículos hace un par de décadas. Lo utilizó hasta que sirvió y luego se compró una furgoneta, mucho más práctica para el trabajo. Pero ya le había tomado cariño al 127 y decidió quedárselo para ir poco a poco restaurándolo, sin prisas; se trataba de ir cambiando lo que el coche necesitaba en cada momento.

La producción del SEAT 127 se inició en 1972 y se prolongó hasta 1982. En sus inicios salió de la fábrica un único modelo de dos puertas, pero al cabo de un año apareció una nueva variante de tres puertas. Adoptaba un amplio portón posterior con mayor superficie acristalada, y unos asientos abatibles que aumentaban de forma sustancial el espacio destinado a la carga.

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Gabriel nos explica que el coche apenas ha estado dos años parado, pues aunque dispone de moto y de una furgoneta, la verdad es que el 127 lo utiliza casi a diario. El coche se encuentra en buen estado, pues desde hace tiempo lo guarda en el garaje para evitar la acción del tiempo sobre el vehículo, máxime cuando llueve, ya que tiene algunos pequeños problemas de filtraciones de agua.

DESMONTAR COSAS
Gabriel nos cuenta que no es un coleccionista, no es un mecánico y la verdad es que tiene este coche por el puro placer de conservarlo. Nos cuenta que por su profesión —es ingeniero industrial— le gusta desmontar cosas y montarlas, pero sin prisas, que es la única forma de aprender y prestar atención a lo que se hace. Por eso cuando el coche comenzó a tener problemas fue buscando las piezas necesarias para ir restaurándolo poco a poco, aunque no tuvo grandes problemas pero lo que ocurre es que ya no es fácil encontrar determinadas piezas del coche dada su antigüedad. Tampoco pertenece a ninguna de las asociaciones de coches de época o de marcas que hay en la Isla, simplemente tiene su coche y trata de conservarlo lo mejor posible pues, como nos recuerda, a pesar de tener otros vehículos y una moto, todavía disfruta de salir con él para dar una vuelta por el simple placer de conducirlo.

También nos recordaba que el coche está en líneas generales muy bien y no da ningún problema, de hecho ha salido con él fuera de la Isla, en concreto nos comentaba que hace tiempo se lo llevó hasta Cerdeña y todo fue fenomenal. Así pues, seguirá cuidando del coche hasta que no encuentre piezas para poder restaurarlo, pero de momento continúa disfrutando de ir de un lado para otro de la Isla en un vehículo particular y con muchos años a sus espaldas, muy bien llevados, aunque está claro que la moto le tira pues no para de recordarnos que él ante todo es un hombre al que le gusta la moto, pero que por las necesidades del trabajo tuvo que comprarse un coche, aunque reconoce que así tuvo la oportunidad de hacerse con este coche del que ha disfrutado en el pasado y disfruta en el presenta y espera seguir haciéndolo muchos años.