Sebastián Cánovas es un enamorado de los clásicos y le encantan los todoterreno. | Juan Miguel Giménez

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Sebastián Cánovas es el jefe de taller de Autocares Comas y, por tanto, lleva toda su vida en el mundo de la mecánica. Ahora, ya cercano a su jubilación, reconoce que los coches han sido su vida y que se considera un gran entusiasta de los vehículos clásicos, aunque otra de sus pasiones son los todoterreno, de los cuales tiene un par de ejemplares. En esta ocasión nos presenta un Toyota Land Cruiser de 1979, que adquirió hace seis años al jefe de bomberos de Palma. Nos comentaba que lo encontró realmente bien de chapa y en general de casi todo. Él solo tuvo que hacerle un repaso a la parte mecánica para dejarlo de la forma tan espectacular en la que se encuentra, que parece salido de fábrica. Su color amarillo le hace destacar más cuando uno se lo encuentra en carretera.

LOCOS POR LOS CLÁSICOS

Sebastián reconoce que toda la vida le han encantado los coches antiguos y siempre ha tenido alguno entre manos en proceso de restauración. De hecho, asegura que ahora tiene un par de proyectos a medio realizar y no sabe muy bien cuándo los terminará, pues no tiene tiempo para hacer tantas cosas, pues además de su profesión hace sus pinitos cono agricultor en una pequeña finca de olivos que tiene junto a su casa en el municipio de Marratxí. Y también tiene otra gran afición, que es la caza mayor, que comparte con su hijo mayor, por eso no tiene tiempo para dedicarse todo lo que le gustaría a restaurar vehículos.

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En cuanto a la utilidad de este coche, comenta que no lo utiliza demasiado, lo suele sacar cada quince días para dar una vuelta y lo hace a lo largo de medio centenar de kilómetros para mantener activo el motor y el coche en general.

Como mecánico que ha sido toda su vida, no está cerrado a realizar alguna adquisición en el futuro, aunque afirma con pesar que hace años tuvo un Citroën 11 Ligero que le encantaba y que con el paso del tiempo se ha arrepentido más de una vez de haberse desprendido de él. Reconoce que no le importaría hacerse con uno en un futuro, a pesar de que no está dispuesto a emprender grandes restauraciones, pues se encuentra cerca de la jubilación y quiere disfrutarla lo máximo posible con su familia.

POSGUERRA

La historia del Toyota Land Cruiser se remonta a las postrimerías de la década de los 40 y los inicios de los años 50, poco después del término de la Segunda Guerra Mundial: a causa de la inestabilidad política, social y económica de la posguerra, Toyota inició la construcción de camiones y repuestos a fin de diversificar sus operaciones. Es así como la compañía ganó experiencia al incursionar en ámbitos ajenos al automotriz, como línea blanca y utensilios hogareños. El 25 de julio de 1951 Corea del Norte invade Corea del Sur y empieza la guerra de Corea, que duraría hasta 1953. Para los norteamericanos era muy costoso transportar Jeeps desde USA hasta las costas del Pacífico y fue entonces cuando en 1950, a petición del ejército nortemericano y las recién formadas Fuerzas de Defensa de Japón, Toyota desarrolló en solo cinco meses un vehículo 4x4 llamado Toyota Jeep BJ. En 1954, cuando Willys registra el nombre Jeep, Toyota se ve en la necesidad de encontrar un nuevo nombre para el BJ. El 24 de junio el nombre Land Cruiser era escogido por el director de Toyota, Hanji Umehara, para poner el vehículo en competición directa con el Jeep y el Land Rover, que ya habían invadido el mercado.