La Colònia de Sant Jordi nos ha servido de escenario para este modelo que estéticamente no llama mucho la atención, pero que es práctico y cómodo. | Miquel Àngel Llabrés

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Después de haber probado las versiones de 4 y de cinco puertas, ahora le ha llegado el turno a la última que ha puesto a la venta la marca italiana, la Station Wagon, un tipo de vehículo que sigue teniendo su público y que la mayoría de las marcas siguen comercializando en los modelos de los segmentos C y D. Hace pocas fechas tuvimos la oportunidad de probar el Megane SW y esta semana le toca a su homólogo italiano.

La impresión de los tres modelos ha sido un poco la misma, un vehículo con una muy buena relación calidad-precio, amplio y sin más pretensiones. En este caso se le añade el hecho de tener una gran capacidad de carga.

La marca italiana sigue en su afán de conseguir vehículos prácticos, con un equipamiento completo y con una muy buena relación calidad-precio, sin que las calidades sean su punto más fuerte. Eso sí, no es fácil (más bien imposible) encontrar un vehículo con estas medidas y con este precio y bien equipado.

En cuanto al diseño, ya hemos dicho que no es innovador, pero destaca por tener un frontal bastante afilado, orientado al gusto asiático. La parrilla, con forma de nido de abeja, también destaca en el conjunto.

La parte posterior dispone de unas luces bastante discretas, que resaltan más de noche gracias a la iluminación led. Las llantas, por su parte, tampoco son muy llamativas, aunque destaca el hecho de que sean de aleación.

MOTOR

El propulsor que hemos vuelto a probar en este modelo es el 1.6 Multijet diésel de 120 CV, que nos ha sorprendido en positivo en cuanto a prestaciones, incluso en este modelo más voluminoso y pesado, ya que tiene una cifra de par muy buena, 320 Nm a 1.750 rpm, lo que favorece que tenga mucho empuje desde bajas vueltas.

El hecho de que acelere de 0 a 100 kilómetros hora en 9’8 segundos es una buena muestra de ello, además de tener una velocidad máxima de 200 km/h, que tampoco es una cifra que esté nada mal, incluso un poco mejor que su «hermano» de cinco puertas.

De este motor también cabe destacar mucho el consumo, ya que la marca da una cifra de 3,7 litros a los 100 kilómetros, que nosotros hemos transformado en 4,8 litros/100km, que es también una cifra excelente teniendo en cuenta las dimensiones del vehículo.

Un único pero al motor es el ruido, ya que es una de las características que acompañan a menudo a los propulsores Multijet y a los CDTI de Opel.

En cuanto al comportamiento en carretera, curiosamente me ha parecido un vehículo menos oscilante en curva que las otras dos versiones que hemos probado anteriormente. Se ha optado por unas suspensiones un poco más duras, quizá por el hecho de ser un vehículo que en condiciones normales tiene que aguantar mucha más carga.

INTERIOR

El interior de este modelo es discreto, pero está muy bien para un vehículo con este precio. Las calidades son normales, con un exceso de plástico en la consola, lo cual puede repercutir negativamente en la rumorosidad interior con el paso del tiempo. La parte posterior se caracteriza por albergar de forma cómoda a tres adultos sin incomodidades, gracias al hecho de ser un vehículo más bien ancho y alto, además de tener más que suficiente espacio para las piernas. El maletero es otra gran ventaja que puede ofrecer este modelo, aunque la versión cinco puertas ya tiene una capacidad de 440 litros. En el caso del Station Wagon sube hasta los 550 litros, con una distribución muy regular.