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EFE-BAYONA Tres presuntos etarras, incluida la supuesta ex miembro de los «comandos Aragón» y «Galicia» de ETA Nerea Garaizar, detenidos la noche del miércoles cerca de Auch tras un tiroteo con gendarmes fueron trasladados ayer a la sede de la policía judicial de Toulouse, informaron ayer fuentes policiales. Era el tercer tiroteo contra gendarmes atribuido a miembros de la banda en el suroeste de Francia en tres semanas. En los dos anteriores, fueron heridos dos gendarmes y huyeron los agresores. Esta vez los sospechosos fueron detenidos y uno de ellos, Iñaki Lizundia, ex concejal de HB en Ortuella condenado por una agresión a un ertzaina en 1993 y huido desde hace cinco años, fue herido de bala en un brazo.

Contra Garaizar pese una orden de arresto en España por el intento de asesinato del presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, el pasado mes de marzo. También podría estar implicada en el atentado que costó la vida al presidente del Partido Popular en Aragón, Manuel Jiménez Abad, según fuentes policiales españolas. El arresto tuvo lugar después de que los tres presuntos etarras, que iban en un Clio matriculado en Francia, se saltaron poco antes de la medianoche del miércoles unas vallas instaladas por los gendarmes en una carretera de Preignan, a unos 15 kilómetros de Auch (suroeste), a causa de una mancha de gasóleo en la calzada.

Garaizar, que conducía, aceleró y, tras una breve persecución por los gendarmes, el coche cayó en la cuneta en una curva. La mujer y uno de los hombres no intentaron usar sus pistolas de calibre de 9 mm contra los gendarmes cuando los detuvieron. Lizundia escapó, disparó «con la intención de matar», según un responsable de la Gendarmería, y, sangrando y con un tobillo roto, fue a pedir ayuda a un campamento de gitanos, que llamaron a la policía. El hombre fue detenido. Era ya la madrugada del jueves.

Los tres fueron llevados a la comisaría de Auch, donde permanecieron bajo custodia hasta la tarde. Lizundia salió en silla de ruedas de la comisaría para su traslado por carretera a Toulouse. Lizundia, que se fracturó un tobillo durante su breve huida, disparó al menos cinco veces con una pistola del calibre 11.43 "arma con una considerable potencia y que suelen utilizar los mafiosos en sus ajustes de cuentas", contra los gendarmes que le perseguían, pero no les alcanzó, según dijeron fuentes judiciales. En cambio, hirió al perro de los gendarmes, que devolvieron el fuego y le alcanzaron en el brazo izquierdo.

La Fiscalía antiterrorista de París se ha hecho cargo de la investigación, mientras que un juez antiterrorista está ya instruyendo los dos tiroteos del 17 y el 28 de noviembre, en que dos gendarmes resultaron gravemente heridos a manos de ETA. El general Maurice Lallement, jefe de la Gendarmería de Aquitania, se declaró «muy preocupado por el cambio muy claro (de actuación) de ETA, que se ha radicalizado en los controles». «Estos acontecimientos demuestran que el recrudecimiento de nuestras acciones de control es cada vez más eficaz. ETA siempre tuvo al suroeste como zona de refugio. Debemos doblar las precauciones, actuar siempre con decisión y evaluar aún más los riesgos», declaró.