La manifestación de Madrid, que congregó a miles de personas, concluyó con la agresión al secretario general de CCOO, José María Fidalgo.

TW
0

Los insultos, ataques y la agresión que sufrió el secretario general de CCOO, José María Fidalgo, por parte de los trabajadores de Sintel, empañaron la manifestación del Primero de Mayo que se desarrolló ayer por las calles de Madrid, que bajo el lema 'Por la paz, por el empleo. No a la guerra', fue secundada por miles de trabajadores en más de 75 ciudades españolas. Cándido Méndez, secretario general de UGT, condenó el ataque a su compañero y se encargó de poner fin a la movilización en la Puerta del Sol con una breve intervención y sin la lectura de manifiestos.

Desde que el líder de CCOO hizo su aparición en la Plaza de Cibeles tuvo que soportar los abucheos y las descalificaciones de los empleados de Sintel, que se unieron a la manifestación tras las seis marchas a pie que iniciaron el pasado 22 de abril desde diversos puntos de España para exigir el cumplimiento de los acuerdos que pusieron fin al llamado 'Campamento de la Esperanza'. La presión de los trabajadores de la empresa de telecomunicaciones provocó que la marcha fuera más lenta de lo habitual y, hasta las 13.30 horas, no llegó la cabecera al kilómetro cero de la capital, donde los secretarios generales de ambos sindicatos tenían previsto pronunciar sus discursos y leer el manifiesto, que este año volvía a ser unitario después de varios desencuentros entre las centrales.

Fidalgo fue agredido en la cabeza por un empleado de Sintel cuando intentaba acceder al escenario de la Puerta del Sol. El golpe le causó una brecha y tuvo que ser trasladado al Hospital Clínico, donde recibió dos puntos de sutura. Poco después, abandonó el centro sanitario en dirección a su domicilio. En el Clínico, el secretario general de CCOO recibió la visita de Méndez, y del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui. La plantilla de la ex filial de Telefónica se hizo con el protagonismo del acto nada más comenzar el mismo, ya que poco después de que arrancara la manifestación, los trabajadores de Sintel bloquearon el paso de la cabecera oficial durante cuarenta minutos, al grito de «Fidalgo dimisión», «Fidalgo traidor» o «Fidalgo aprende, Méndez no se vende».