Partidos políticos, instituciones y sindicatos condenaron el atentado perpetrado en Bilbao, en el que resultó herido grave el escolta Gabriel Ginés, y exigieron a ETA que abandone definitivamente la violencia.
El lehendakari aseguró que «este punto de inflexión a ninguna parte no va a ocasionar, de ninguna manera, que, con su actitud, ETA vaya impedir que el pueblo vasco haga su camino», en lo que parece una referencia clara a su plan soberanista.
Por su parte, Mariano Fernández Bermejo, ministro de Justicia, considera que los servicios jurídicos del Estado estarán «muy atentos» a los pasos que den partidos como ANV o EHAK-PCTV y que ETA no tiene «ninguna oportunidad», mientras que Jesús Caldera, ministro de Asuntos Sociales, afirmó que merece «la más enérgica y rotunda condena hacia este tipo de actos terroristas que son radicalmente inaceptables».
Cándido Conde-Pumpido, fiscal general del Estado, afirmó que los terroristas serán juzgados y condenados y «pueden tener la absoluta seguridad de que su horizonte es la cárcel».
Mariano Rajoy, presidente del PP, asegura que «se puede derrotar a ETA utilizando todos los instrumentos que tiene el Estado de derecho, la fuerza de la democracia y la voluntad mayoritaria de los españoles» y exige además al juez Baltasar Garzón que actúe contra Pernando Barrena por sus últimas declaraciones.
Iñigo Urkullu, portavoz del PNV, expresó la «repugnancia» de su partido ante el atentado de ETA en Bilbao y afirmó que los «métodos fascistas y mafiosos» de los terroristas «están en las antípodas de cuanto desea el conjunto de los ciudadanos».
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