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OTR/EFE-MADRID La tradicional recepción que ofrecen los Reyes en el Palacio Real con motivo del Día de la Hispanidad se convirtió ayer en una muestra más de las diferencias entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy. El jefe del Ejecutivo, por un lado, dejaba claro que el debate en torno a la figura del Rey «ni siquiera es un resfriado» y que la polémica de la bandera es de las más artificiales que se han producido en los últimos años. Mientras, por otro lado, el presidente del PP, que se postulaba una vez más en favor de la campaña de su partido en defensa de los símbolos nacionales y criticaba la falta de rumbo y de certidumbres en asuntos fundamentales del Gobierno.

Al ser consultado sobre si el monarca le ha pedido que haga algo para defender la institución, Zapatero aseveró que no existe un debate mínimamente relevante en torno a la Corona, ni en la sociedad ni institucionalmente. Por ello, el presidente del Gobierno consideró que no es necesaria ninguna defensa contra la acción de 100 ó 150 personas en Cataluña, porque el monarca «goza de gran salud» y el debate en torno a su figura es ficticio, tanto que «ni siquiera es un resfriado», señaló.

Sobre los incidentes en el desfile, Zapatero, en conversación informal con los periodistas, ha considerado «un clásico» estos abucheos y agregó que «afortunadamente» existe libertad de expresión.

Por su parte el presidente del PP, Mariano Rajoy, se desmarcó de los gritos y señaló en el mismo acto que siempre ha estado «a favor de que nadie se meta con nadie» y «cada uno es libre. Yo no lo hice ni lo hubiera hecho», ha precisado.

Respecto a la polémica sobre el uso de la bandera, Zapatero ha dicho que es un debate artificial porque la gran mayoría está de acuerdo en torno a ese símbolo y se ha preguntado si crear polémica en torno a ella demuestra la carencia de un proyecto político alternativo.

Minutos después, en su propio corrillo de periodistas, Rajoy defendía las iniciativas de su partido en los últimos días en defensa de los símbolos, como su mensaje institucional o la campaña 'Somos España' lanzada por las Nuevas Generaciones del PP. Rajoy, consideró que actualmente en España «faltan certidumbres y rumbo sobre lo fundamental», en un ataque directo a la política actual del Gobierno.