El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero (i), recibe a su sucesor en el cargo, Mariano Rajoy, en el Palacio de la Moncloa, donde hoy se han reunido tras el Consejo de ministros para culminar el traspaso de poderes, cerrado ya por sus respectivos gabinetes. | Ballesteros

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Casi un mes después de las elecciones del 20-N, el claro ganador de estos comicios y el presidente en funciones han mantenido la segunda y última reunión oficial en la Moncloa. El encuentro, centrado en la economía, ha sido el último antes del debate de investidura del próximo lunes, en el que Rajoy tiene asegurado el éxito por su mayoría absoluta. Algunos partidos, sin embargo, no descartan votar 'no' para mostrar su disconformidad con las políticas del líder popular.

La reunión de este viernes entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez es la segunda de la que se tiene constancia pública desde las pasadas elecciones. No obstante, los dos políticos han mantenido una relación muy estrecha en las últimas semanas y han tenido oportunidad de hablar en múltiples ocasiones, entre otras cosas, para adoptar una postura común ante los líderes de la UE.

La de este viernes, sin embargo, era significativa. La imagen de ambos dirigentes a las puertas de la Moncloa fue interpretada como el fin de una etapa y el principio de otra, ya que con ella queda cerrado el traspaso de poderes entre el Gobierno socialista y el próximo Ejecutivo popular. Un traspaso liderado por Ramón Jaúregui y Soraya Saénz de Santamaría y del que ambas formaciones han presumido, al considerarlo «modélico» y «muy transparente».

El objetivo del encuentro era, por tanto, cerrar ese traspaso de poderes y cerrar también otros asuntos relevantes para el próximo presidente. Tanto el PP como el PSOE han sido muy discretos a la hora de revelar el contenido de la reunión, pero ambos partidos han coincidido en que en ella se han abordado cuestiones de política exterior y, especialmente, de economía.

Entre esos asuntos, muy posiblemente haya habido espacio para una de las noticias económicas del día: el Banco de España informó el viernes de que la deuda de las comunidades autónomas aumentó un 22% en el tercer trimestre de 2011 hasta registrar 135.151 millones de euros, la cifra más alta de toda la serie histórica.

Entre todas las Administraciones Públicas deben más de 706 millones de euros, lo que supone un 66% del PIB, un porcentaje por encima de lo que permite la Unión Europea. Las que más contribuyen a él son, por este orden, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Madrid.

El dato es preocupante, sobre todo porque parece indicar que el compromiso de estabilidad presupuestaria adquirido en los últimos años no es capaz de frenar el endeudamiento de las regiones, en ascenso desde el año 1995.

Otro tema que, posiblemente, podría haberse colado en la conversación entre Rajoy y Zapatero es el de la reforma laboral, que debería perfilarse antes del 6 de enero. En los últimos días, la patronal de los empresarios ha lanzado una serie de propuestas muy polémicas, como la congelación de los salarios, el despido de funcionarios o la implementación de los llamados 'mini jobs' -empleos con remuneraciones por debajo del salario mínimo interprofesional-. Medidas que los sindicatos han rechazado de pleno.

En cualquier caso, el objetivo era cerrar una serie de flecos antes del debate de investidura. Algo que Mariano Rajoy hará, según dijo, en más ocasiones. El líder popular reconoció tener «interés» en mantener las conversaciones con Zapatero «porque habrá cosas que sin duda» tendrá que preguntarle a lo largo de la legislatura. La entrevista entre ambos no es, por lo tanto, «el final de nada».

El 'no' de los nacionalistas

Tras la reunión del viernes, el próximo paso para Mariano Rajoy es el debate de investidura, que arrancará el lunes a las 12.00 y concluirá en la mañana del martes. El resultado positivo en la votación está totalmente garantizado, ya que los populares cuentan con mayoría absoluta en las Cortes.

Sin embargo, algunos partidos políticos pulsarán el botón del 'no' de una manera simbólica, para trasladar a Rajoy que tendrá que ganarse el apoyo de los diputados.

El primero de los partidos en barajar el voto negativo es Convergencia I Unió (CiU), la formación liderada por Josep Antoni Duran i Lleida. Pese a la buena línea que mantienen últimamente en Cataluña, donde el PP suele respaldar los recortes de Artur Mas, Duran amenazó con el 'no' si se pone «contra las cuerdas» a su comunidad.

El líder nacionalista se reunió con Mariano Rajoy el pasado martes para tratar algunas cuestiones, pero en la tarde del viernes confirmó que no logró compromisos por su parte sobre algunos aspectos «prioritarios», como el pacto fiscal o la política lingüística.

«Es posible», dijo, que Rajoy no atienda a las reclamaciones de Cataluña y que deban optar por el 'no', aunque estarán atentos a las actitudes, respuestas y compromisos que contenga el discurso de investidura para decidir el sentido final de su voto.

Con esto, Duran lanzaba un claro aviso a Mariano Rajoy: si en el debate se habla de una posible recentralización de competencias o de una posible revisión del Estado de autonomías, «a Cataluña, que no la toquen».

Los diputados de CiU también estarán atentos a las referencias de Rajoy al pacto fiscal y a la política lingüística, «un bien preciadísimo» por ser «garantía de cohesión social».

Lo que sí descartan es votar a favor del líder popular, algo que ya hicieron en el año 2000 y que actualmente consideran «una equivocación». «No volveremos a caer en el mismo error», aclararon.

El otro partido que baraja la posibilidad del voto negativo es el Partido Nacionalista Vasco (PNV), cuyo portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, no dejó lugar a dudas: «la hipótesis del sí se puede prácticamente, de entrada, descartar».

«Entre la abstención y el no, nos moveremos hasta que tengamos una idea más clara de cuáles son las intenciones del PP de cara a la próxima legislatura porque, hasta la fecha, no tenemos más información que la que cabe espigar a través de los medios de comunicación, escasa, y la que cabe inferir del programa electoral, que fue particularmente ambiguo», afirmó.

A estas críticas, el PNV añade el hecho de no haber recibido ninguna invitación, por parte del PP, para hablar con Rajoy, algo que pone de manifiesto «la actitud de disfrute» que están adoptando los populares «con la mayoría absoluta». Pese a ello, el partido nacionalista aclara que su posición «no es definitiva» y que dependerá, sobre todo, de lo que puedan extraer del discurso de investidura.

En cualquier caso, Mariano Rajoy tiene asegurado su acceso a la Moncloa y ya cuenta con una fecha «probable» para abrir, junto al Rey, la X legislatura: el 27 de diciembre.