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El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, ha dejado este jueves en el aire la posibilidad de no acatar una eventual decisión judicial de inhabilitarlo para el cargo que ocupa y ha dado a entender que todo dependerá del momento en que se encuentre el proceso hacia la independencia de Catalunya.

Tras declarar como imputado ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) por su papel en la organización del 9N, Mas se ha dirigido al Palau de la Generalitat, donde ha comparecido ante los medios de comunicación para explicar sus argumentos.

A primera hora de la mañana, el coordinador general de CDC, Josep Rull, había subrayado que Catalunya tiene «el derecho y el deber de ignorar» una posible inhabilitación del presidente catalán.

Desde la galería gótica del Palau de la Generalitat, preguntado por si acataría una hipotética inhabilitación, Mas ha evitado ser tan tajante, si bien ha dejado la puerta abierta: «Depende del momento en que esté la situación jurídica del país».

En todo caso, Mas ha querido recalcar que inhabilitando a un presidente de la Generalitat por la vía penal «no acabarán» con el proceso soberanista en Catalunya.

Prueba de que en Catalunya había «ganas de votar» sobre la independencia, según Mas, es que más de cuatro millones de personas participaron en las elecciones catalanas del 27 de septiembre: «El aval democrático del 9N es el 27S».

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Aunque el Estado está «actuando de manera muy dura, áspera y sórdida», Mas confía en el «criterio de la gente que ha de impartir justicia: Me parece superevidente que no hay ningún motivo para continuar con esta causa por la vía penal», ha apuntado.

Está convencido de que «habrá algunos que tendrán tendencia a forzar esta causa y llevarla al límite», porque «el Estado no es neutro, no es un árbitro que nos proteja a todos», pero Mas espera que se imponga «la independencia del sistema judicial» y se entienda que «no hay tema, desde un punto de vista legal», ya que el 9N se hizo «con buena fe».

Tras agradecer «de todo corazón» las muestras de apoyo ciudadano y de alcaldes catalanes que lo han arropado ante su declaración como imputado, Mas ha dicho «no entender» las críticas expresadas por la sala de gobierno del TSJC por las concentraciones frente al Palacio de Justicia: «No es ni presión ni coacción, sino muestra de apoyo y libre».

«Los tribunales deben acostumbrarse a que puede haber expresiones tranquilas y serenas, fundamentadas en la libertad de expresión. Todas las instituciones están sometidas a la crítica pública», ha señalado Mas, que ha ironizado: «Si cada vez que el poder ejecutivo o legislativo tuviera manifestaciones tuviese que hacer una nota, no pararía».

En respuesta a un periodista francés, Mas ha asegurado no sentirse «aún» decepcionado con la actitud de Francia ante el proceso soberanista y ha expresado su deseo de que Catalunya y Francia sean «buenos vecinos».

No obstante, ha remarcado que un «país de base democrática y amante de la democracia» como Francia «tiene que estar siempre escuchando y al lado de los movimientos democráticos de base como el de Catalunya».