Llenar el depósito es más caro ahora que en cualquier momento de lo que llevamos de 2016. | ARCHIVO

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El precio medio de la gasolina se ha encarecido un 1,86% en la última semana, para situarse en máximos del año, según datos recogidos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE).

En concreto, el litro de gasolina marca un precio medio de 1,148 euros en los surtidores esta semana y rompe así con la tendencia a la baja que había registrado en la última semana.

Estos precios actuales de la gasolina son un 1,4% más caros que los marcados a inicios de este año 2016 y coinciden con el repunte que registró la pasada semana el crudo ante las expectativas de un posible acuerdo en la cumbre de países productores de petróleo celebrada el pasada domingo en Doha (Catar) y que resultó fallida al no concretarse una posición para congelar la producción.

En cuanto al gasóleo, consumido por más del 70% del parque automovilístico, su precio también se ha encarecido en la última semana (1,78%), hasta los 0,97 euros el litro, y se sitúa un 0,83% por encima de los niveles de inicio del año.

Con los actuales precios, el llenado de un depósito medio de 55 litros de gasóleo tiene un coste de 53,35 euros, mientras que en el caso de la gasolina asciende a 63,14 euros.

Estos precios en los combustibles se producen en un momento marcado por el repunte en los precios del petróleo en los mercados internacionales. Así, el barril de Brent, de referencia en Europa, cuesta 45,69 dólares actualmente, mientras el Texas 'sweet light' americano se intercambia a 44,05 dólares.

PRECIOS EN LA UE

Los carburantes cuestan en España menos que la media de la UE y la zona euro, donde el precio de venta al público del litro de gasolina se sitúa en 1,287 euros y en 1,314 euros, respectivamente. Por su parte, el litro de gasóleo cuesta 1,087 euros de media en la UE y 1,065 euros en la eurozona.

El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal.