El referéndum escocés es visto como un referente por algunos sectores del nacionalismo catalán. En la imagen, ddiputados de CiU posando con la bandera de Escocia en el Congreso para pedir al presidente Mariano Rajoy que tomara nota. | Sergio Barrenechea

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Los sectores soberanistas catalanes, con la Assemblea Nacional a la cabeza, no se conforman con la prohibición de llevar banderas estelades a la final de la Copa del Rey del domingo entre el FC Barcelona y el Sevilla, y han decidido responder.

Así, este viernes han anunciado que repartirán antes del inicio del partido hasta 10.000 banderas escocesas, en señal de protesta por una decisión que lamentan.

Los ánimos han andado caldeados durante toda la semana a raíz del veto a la enseña independentista en la final del Vicente Calderón, algo que numerosas voces desde el Principado han calificado de ataque a la libertad de expresión, y que por ejemplo ha provocado que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de la Ciudad Condal, Ada Colau, renuncien a asistir al partido.

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Sin embargo, Puigdemont ha revelado este viernes en Palma que podría cambiar de opinión si finalmente se permiten las banderas con la estrella.

Por el contrario, los encargados de la seguridad el día de la final remarcan que la Ley del Deporte no permite símbolos políticos en actos deportivos, y que esta prohibición ya se puso en práctica hace dos años en la final que se disputó en Mestalla.

La mención a Escocia de las organizaciones cercanas al soberanismo catalán no es casual. Debemos recordar que este territorio celebró hace casi dos años un referéndum en el que se preguntó a la población si debían ser un país independiente, separado del Reino Unido, o por el contrario permanecer dentro de la matriz británica.

Podría decirse que este hecho ha quedado grabado en la memoria colectiva de una parte de los catalanes, que censuran las decisiones que hasta el momento ha tomado sobre esta cuestión el Estado español, en comparación con las adoptadas por el premier británico, David Cameron, quien accedió a poner las urnas de forma legal y acordada con el gobierno escocés.