El líder del PP, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa ofrecida tras el Comité Ejecutivo Nacional del partido reunido este lunes en la sede de la calle Génova, en Madrid, para analizar los resultados de las elecciones vascas y gallegas. | Efe

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El líder del PP, Mariano Rajoy, ha subrayado este lunes que no renuncia a su intención de formar gobierno, para lo que necesita alguna «suerte de acuerdo» con el PSOE, aunque no llamará a Pedro Sánchez hasta ver cómo se resuelve la crisis interna de los socialistas.

Rajoy también ha asegurado que su interlocutor en el PSOE sigue siendo Sánchez mientras sea el secretario general de los socialistas y no piensa «zascandilear con nadie».

Pero no va a llamarlo en los próximos días dada la situación en la que se encuentra el Partido Socialista tras los resultados de las elecciones gallegas y vascas y después de que el líder del PSOE haya propuesto convocar primarias y un congreso.

Ha advertido Rajoy en cualquier caso de que un gobierno alternativo al del PP, como propone Sánchez, es «posible con la aritmética, pero no con la razón y con el respeto a la voluntad de los españoles».

En su comparecencia ante la prensa tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP, Rajoy ha analizado los resultados electorales de este domingo y ha subrayado que los votantes han demostrado tanto en Galicia como en el País Vasco que apuestan por «la estabilidad y moderación», algo de lo que está «muy necesitada la política española».

«De lo que se trata es de que haya gobiernos estables y moderados», ha insistido Rajoy, quien ha considerado que el escenario político español no ha cambiado tras la cita con las urnas de este domingo y sigue siendo el mismo, y sigue por tanto siendo urgente la formación en España de un gobierno estable.

«No digo que las elecciones vascas y gallegas no admitan una lectura nacional, pero los problemas de los españoles son exactamente los mismos y, si acaso cambia algo, es que hoy es más urgente la formación de un gobierno», ha dicho Rajoy, quien ha recordado que España lleva ocho meses con un Ejecutivo en funciones y eso al final puede traer «problemas».

Rajoy no ha querido hacer valoraciones explícitas a la crisis interna que vive el Partido Socialista, a la que se ha referido como un «impasse», y ha señalado que esperará a ver cómo se desarrollan los acontecimientos antes de llamar de nuevo a Pedro Sánchez.

A preguntas de los periodistas ha dicho que no tenía intención de llamar este lunes mismo a Sánchez, porque podría ser «mal interpretado» y porque no le parece «lo más conveniente».

Y tampoco ha querido desvelar su estrategia para las próximas semanas, aunque sí ha insistido en que no se gana «nada» con unas nuevas elecciones generales, un escenario que ha calificado de «terrible».

Por eso ha reiterado que hará cuanto esté en su mano para que pueda haber un gobierno «respetuoso con la lógica y el sentido común», y respetuoso también «con la voluntad de los españoles, que a veces da la sensación de que la olvidamos».

Ha confirmado en cualquier caso que buscará de nuevo un acuerdo para formar gobierno antes de que se acabe el plazo -el 31 de octubre- y se convoquen nuevos comicios.

«Lo intentaré sí, y ya veremos qué pasos voy dando, y vamos a ver las posibilidades que existen», ha dicho Rajoy, quien antes, no obstante, admitía que «visto lo visto» no tiene «muy claro lo que puede suceder».

Tampoco ha querido hacer cábalas con las intenciones de Sánchez y las fechas que ha propuesto para sus primarias -el 23 de octubre- y el congreso -a principios de diciembre-.

«No sé si debo entrar en este asunto», ha añadido Rajoy, quien se ha preguntado, si las primarias son el 23, si podría haber una negociación «en paralelo» para formar gobierno cuando el plazo se acaba solo ocho días después. «Algo tendrá quien lo ha planteado y estará seguro de ello; es muy difícil hacer quinielas con estas historias», ha añadido.

En cualquier caso, Mariano Rajoy ha insistido en que España necesita «con urgencia un gobierno» y ha mantenido su oferta a los partidos que comparten el «consenso constitucional», el PSOE y Ciudadanos.

Tras admitir que él no tiene por qué ocuparse de lo que hacen o dejen de hacer los demás partidos, ha advertido de que todas las fuerzas políticas comparten «la responsabilidad por el futuro de España» y deben contribuir a que «ese gobierno sea real».

Ha reiterado que por todo ello mantiene su oferta, que además es, ha dicho, «lisa y llanamente la que más conviene a España».