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En una multitudinaria manifestación por el centro de Barcelona, 160.000 personas, según la Guardia Urbana, y 300.000, según la organización, han pedido a las autoridades españolas y europeas la acogida de los refugiados que huyen de los conflictos en sus países.

La manifestación se ha iniciado a las 16.00 horas de este sábado , cuando decenas de miles de personas han desbordado los límites de la plaza Urquinaona de la capital catalana, punto de inicio de la marcha convocada por la plataforma «Casa nostra, casa vostra» bajo el lema «Volem acollir» (Queremos acoger).

La cabecera de la manifestación, apoyada por la mayoría de partidos políticos, sindicatos y numerosas entidades sociales catalanas, llevaba pancartas con las proclamas «Cataluña, terra d'acollida» (Cataluña, tierra de acogida) y «¡Prou excuses! ¡Acollim ara!» (¡Basta de excusas! ¡Acojamos ahora!"), mientras otra situada al final indicaba «¡No més morts! ¡Obrim fronteres!» (¡No más muertos! ¡Abramos fronteras!).

El ambiente de la manifestación ha sido eminentemente festivo y familiar, con la participación de personas de todas las edades, muchas de ellas inmigrantes.

El color azul de las pancartas y de miles de cartulinas con los lemas promovidos por la plataforma «Casa nostra, casa vostra» ha predominado por encima de otras banderas o enseñas, en un recorrido que ha sido animado por grupos musicales.

Los primeros manifestantes de la marcha han llegado al final del recorrido hacia las 17:30 horas, una hora y media después del inicio, cuando muchos de los participantes aún seguían en las inmediaciones de la plaza Urquinaona.

Los manifestantes acababan su recorrido en el parque de la Barceloneta, frente al mar, un lugar simbólico donde se ha representado una «performance» de la compañía La Fura dels Baus, en la que se han situado unos chalecos salvavidas entre la arena.

El velero Astral, de la ONG Proactiva Open Arms, que rescata a personas que intentan llegar a Europa por el Mediterráneo, ha participado en una simulación de una operación de salvamento de náufragos entre los aplausos de los asistentes.

Posteriormente, se ha leído un manifiesto que ha recordado que en 2015, España «se comprometió a recibir 10.772 personas refugiadas en un plazo de dos años» y que «este compromiso se está incumpliendo» por lo que «el Gobierno español, conjuntamente con otros estados europeos, vulneran sistemáticamente el derecho internacional».

Los coordinadores de la campaña «Casa nostra, casa vostra», Rubén Wagensberg y Lara Costafreda, que han destacado que la movilización ha sido la mayor de Europa en apoyo de los refugiados, y han reclamado un gran pacto social en Cataluña para ir a reclamar en Madrid y en Bruselas que se abran las fronteras a los demandantes de asilo.

«El clamor es unánime: se han acabado las excusas, queremos acoger y queremos acoger ahora», ha expresado Costafreda en el escenario instalado en el parque de la Barceloneta.

Esta misma demanda ha sido trasladada esta noche al presidente catalán, Carles Puigdemont, que ha recibido a los organizadores de la manifestación en el Palau de la Generalitat.

La consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Neus Munté, que ha participado en la marcha junto a varios consellers, ha pedido al Gobierno español que «se ponga las pilas» para acoger refugiados y ha deseado que la multitudinaria manifestación de este sábado en Barcelona sirva para «desencallar de una vez por todas» esta situación.

La líder de Ciutadans en Cataluña, Inés Arrimadas, ha considerado que el Gobierno de la Generalitat intenta aprovechar la crisis de los refugiados para «alimentar el debate independentista», y que aunque ella no ha acudido a la marcha, cargos del partido como la diputada Sonia Sierra sí han participado.

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha destacado que ha sido «una manifestación cívica en la que queremos hacer oír nuestra voz ante la UE y España», y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha señalado que «no es un día extraordinario porque llevamos toda nuestra historia haciendo esto».

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que también se ha unido a la marcha, ha dicho que espera que la capital catalana «se convierta en la capital de la esperanza, de la defensa de los derechos humanos y de la paz».