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El bar Mallorca, del Coll d’en Rabassa, celebró este domingo su medio siglo con un desayuno para los clientes habituales y los vecinos de la barriada, así como un picoteo de cocarrois y panades al mediodía en el que tampoco faltaron el vino y cerveza.

María Homar es la actual propietaria del bar y explica que esta fiesta ha servido para rendirle homenaje a su madre, Paquita, que falleció el pasado mes de diciembre: «Hace cincuenta años abrí el bar con mi madre y queríamos celebrar el aniversario con una gran fiesta. Como falleció hace un mes, hemos decidido rendirle homenaje. Hemos sustituido la música por un vídeo en el que salen imágenes de toda de la historia del establecimiento», afirmaba María.

También contó la emotiva historia que se esconde tras el bar: «Cogimos este bar porque mi padre se quedó inválido y el médico nos recomendó buscarle algún entretenimiento para que no pensará tanto en lo que tenía. Mi madre pensó en un bar porque él tenía muchos amigos en el Coll con los que jugaba a cartas habitualmente.»

María Homar lleva trabajando en el bar desde que tiene 14 años y ha vivido todo tipo de experiencias tras la barra: «Estaba jugando a muñecas, iba al colegio y me pusieron detrás de la barra; he llorado más que reído. Cuando empecé, siempre había los de turno que venían a reírse de mí, miraban lo que no había para pedírmelo. Una vez, uno me pidió un estomacal y no sabía que era, por lo que me imaginé que era algo del estómago. Yo le dije que solo tenía bicarbonato y me respondió que lo que quería era un licor. Me fui corriendo a llorarle a mi madre», cuenta María entre risas.

El año que viene, María Homar se jubila y, después de toda una vida en el bar, cree que con esfuerzo todo tiene futuro: «Es muy difícil mantener un negocio cincuenta años. Si consiguen aguantar mi ritmo de trabajo, el bar funcionará porque tiene unos buenos clientes fijos, además de los de paso, claro», afirma.