Una representación de los 71 taxistas del municipio vecino, que están molestos con la decisión palmesana.

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Los taxistas de Llucmajor están enfadados y preocupados con la ampliación de la líneas A2 de la EMT de Palma, que desde el pasado día 1 de agosto conecta el aeropuerto de Palma con el casco urbano del municipio vecino con siete paradas nuevas, cuando hasta ahora terminaba en el Torrent des Jueus, frontera natural entre ambos territorios.

Coloma Cañellas, jefa de flota de Taximés Llucmajor, asegura que al colectivo, compuesto por 71 taxistas, no le parece bien esta ampliación «para empezar porque la línea A51 de Transports de les Illes Balears (TIB) ya cubre este trayecto entre Llucmajor y el aeropuerto, por lo que no entendemos por qué es necesario poner una línea más si es para el ciudadano como se argumenta».

Para los taxistas de Llucmajor es incomprensible que la EMT haya puesto en marcha este servicio con siete nuevas paradas en poco más de un kilómetro de recorrido, que se suman a las tres de la TIB, «nos parece exagerado tantas paradas para los residentes que tiene Llucmajor».

Esta prolongación de la línea, por tanto, va a restar a estos trabajadores muchos servicios especialmente de turistas, tanto que ellos calculan que «esto nos supondrá entre un 30 y un 40 por ciento menos de ingresos durante los meses de verano».

«Nosotros –recuerda Cañellas– también somos un servicio público, que no cobramos lo que queremos, estamos regulados y tenemos precios competitivos, y entonces ¿qué pasa, que no contamos?». Más aun, insiste, «tras la crisis que hemos sufrido y ahora que empezábamos a trabajar, porque somos una zona turística y se trabaja sobre todo en verano, no se entiende que se haga esto desde una empresa municipal a costa de los taxistas. Lo que parece es que la EMT tiene un afán recaudatorio porque sabe que es una línea rentable».

Destaca que «los taxistas cubrimos el servicio del transporte a demanda en líneas que no son rentables, y nos parece bien porque estamos dispuestos a ayudar cuando es necesario, como la línea de la EMT que va hasta Cala Blava, pero no vemos bien que se alargue una línea que sí es rentable perjudicándonos a nosotros».

Cañellas lamenta que «el bus de la EMT sí puede entrar en otro municipio, pero nosotros no podemos ir a Palma». Ante todo ello, los taxistas han pedido el apoyo del Ayuntamiento de Llucmajor y valoran tomar medidas de protesta.