Restos de basura por el suelo en la calle San Fernando.

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Basura, cucarachas y propaganda esparcida por la calle. Es la situación con la que tienen que lidiar a diario los vecinos de la avenida de San Fernando, en Palma. Denuncian una dejadez de limpieza por parte del Ayuntamiento y condiciones denigrantes en la zona. Se sienten abandonados y acorralados por la suciedad y los malos olores, que se acentúan estos meses con el calor.

«Esta calle es un horror.- sentencia María Luisa García, quien vive cerca del antiguo cine Lumière.- No entiendo que las zonas colindantes están bien, pero esto esté abandonado». En medio de la suciedad, las cucarachas proliferan y, asegura, más de una vez llegan hasta su piso, en la tercera planta. Francisca Sempere lleva viviendo 53 años en el barrio y asegura que «la decadencia que tiene ahora no la había visto nunca». Pone el foco en «el olor a meado», las basuras desbordantes en cualquier momento del día y el incremento desmesurado de la población de palomas en el barrio. Salir a la calle le produce «una sensación de agobio tremendo». «Estoy harta de ver cómo les dan de comer [a las palomas]. La semana pasada un vecino de enfrente les arrojaba comida desde el balcón», explica Sempere. Carmen Ruiz ha encontrado en las últimas semanas «varias cucarachas en las escaleras del portal», en el número 19. «Espero que lo arreglen y no llegar a los niveles del año pasado», reclama.

Además, apuntan a la dejación de la calle: en los últimos 17 años se han abandonado el cine Lumière, el mercado de San Fernando y dos sucursales de banco. Algunos de estos enclaves se han okupado -como es el caso del antiguo local de 'Sa Nostra'- y sirven de puntos de venta de droga. La lucha por una calle digna mantiene dos flancos abiertos. Las críticas no solo se dirigen contra el Ayuntamiento, sino contra el incivismo de sus propios vecinos. «Hay muchos que no limpian los excrementos y las meadas de sus perros. Incluso hay quienes se dedican a tirar la propaganda en plena calle. Parece que les gusta vivir en la mierda», declara indignada a este periódico María Luisa.

Año tras año

La problemática no es nueva. En agosto del año pasado hicieron públicas sus quejas en medios de comunicación y redes sociales por el mal estado del barrio. Consiguieron que se intensificara el servicio de limpieza en la zona y, con ello, erradicar la plaga de cucarachas que sufrían. Sin embargo, casi un año después, con el regreso del calor, la suciedad y los malos olores se han vuelto a acentuar. La situación vuelve a ser la misma, «insoportable» según los residentes. Hartos ya de vivir entre basura, muchos residentes vuelven a hacer públicas sus reivindicaciones para reclamar una solución definitiva a una dejadez recurrente. «Solo queremos una calle limpia», remarca María Luisa García.