Imagen de la basura en la calle Cabrera.

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Escombros, basura y ratas del tamaño de un gato. Este es el panorama de los vecinos de la calle Cabrera, en el palmesano barrio de La Soledat; en especial para los residentes colindantes con el solar ubicado en el número 37. A la vista de que nadie ha actuado en dos años, los vecinos optaron la semana pasada por bajar de noche con escobas y cubos, recoger las toneladas de restos y dejarlos en medio de la calle para que Emaya se viera obligado a llevárselo. «Si no limpia Cort, lo hacemos nosotros». Este fue su grito de guerra cuando llevaron a cabo la acción reivindicativa.

El vía crucis de los vecinos comenzó en 2021, cuando la dueña, de origen alemán, y multipropietaria en la zona derribó la planta baja abandonada que había allí, para evitar que los yonkis entraran. El problema es que nunca ordenó que se llevaran los escombros ni vallaran el solar. La situación solo comenzaba a agravarse para los residentes. «Aquí no actúa nadie. Llevamos dos años intentando convencer a la propietaria de que no puede dejar los restos ahí, pero no hace caso; es más, responde de malas maneras. Y ahora no nos coge el teléfono; el problema no deja de crecer», explica una vecina de la calle Cabrera, que no comprende la falta de inacción del Consistorio palmesano.

Imagen de la basura en el solar, que no deja de crecer.

El solar del número 37 se ha terminado convirtiendo en el punto para tirar escombros preferido de manera ilegal de la barriada de La Soledat. «Un día sí, un día también», denuncian los residentes, que recuerdan que también hay mucha uralita, que no es perniciosa para la salud si no está hecha añicos, pero como esta lo está, el polvo que desprende puede afectar a decenas de vecinos. Si no fuera suficiente, la gente también tira basura allí. Lo que ha hecho proliferar las ratas y el mal olor.

Aseguran los residentes de las casas colindantes que el verano pasado, con las olas de calor continuas, era imposible abrir las ventanas debido al olor que emanaba del solar. Por eso han denunciado la situación en el Ajuntament de Palma, con el objetivo de que multe a la propietaria del solar por no retirar los escombros, limpie la zona y la obligue a vallarlo. Llevan meses esperando respuesta. «Lo último que sabemos es que hay una empresa que se encargará de la retirada de escombros y la uralita, pero por ahora no tiene la licencia porque Urbanisme no se la ha dado todavía», asegura una portavoz vecinal, que confiesa que han estado hablando de hacer una colecta vecinal para pagar la limpieza del solar e, incluso, vallarlo.

En este sentido, desde el Ajuntament de Palma señalan Disciplina Urbanística decretó una orden a la propiedad para la retirada de escombros y cerrar el solar para evitar otros problemas, en noviembre del 2022. Con esta orden, la propiedad puede vallar el solar sin licencia municipal, ya que tiene una orden de Cort para hacerlo.