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Perfume’s Club ha decidido diversificar su negocio y además de dedicarse a la venta on line de productos de belleza, ahora se ha convertido en inversor y promotor inmobiliario. La última de sus operaciones es la compra del edificio racionalista situado en la esquina del Passeig Mallorca con la calle Rubén Darío. Un edificio más que visible ya que la empresa ha colocado una lona donde de paso publicita los servicios de Perfume’s Club, aunque ahí no abrirán una perfumería.

«Mantendremos el local y vamos a reformar el edificio para darle valor. Haremos viviendas de lujo para la venta, salvo que se pueda hacer un hotel», explicó el CEO de Perfume’s Club, Gerardo Cañellas. La idea es subir en alturas, «hasta un máximo de tres, y vamos a conservar la fachada. Te diriges al cliente extranjero porque paga más, pero al final hay limitaciones urbanísticas y poca oferta disponible», admite.

La división inmobiliaria de Perfume’s Club ya cuenta con un edificio en la calle Jaume II y también con varios locales comerciales, que están ofertando en el mercado inmobiliario. Prueba del pujante interés por la inversión en Palma es que esta empresa está a la caza de «activos triple AAA o Premium para hacer viviendas de lujo, así como edificios y locales en calles principales».

El caso del edificio del Passeig Mallorca entra dentro del perfil de inmuebles que busca Cañellas: «Tenía un buen precio porque contaba con algún problema detrás, pero nosotros tenemos recursos y tiempo. Creo que se pueden generar buenas oportunidades de negocio. El nuevo Plan General limitaba la construcción en edificios históricos como este pero sabíamos que se iba a derogar con la entrada del PP. El anterior propietario, que era sueco, quiso vender y no tuvo en cuenta esta nueva situación».

Cañellas señaló que «tenemos varias promociones más en Santa Ponça. También compramos a un banco un local con okupas y buscamos activos Triple AAA en el Molinar, donde queremos plantas bajas para hacer un edificio. Al final acabas comprando a un mallorquín», dice el empresario en busca de oportunidades.

La empresa familiar arrancó vendiendo bordados a extranjeros, muchos de ellos alemanes, luego se convirtió un colmado donde vendían perfumes y luego nació la empresa familiar Perfumerías Cañellas y Engel. «Llegaron a tener hasta 14 puntos de venta en Balears y Canarias», señala Gerardo Cañellas, CEO de Perfume’s Club.

En 2008, la tercera generación del negocio familiar decidió crear una página web para dedicarse a la venta on line. Hoy cuenta con una nave de 25.000 metros cuadrados en Madrid, desde donde distribuye a todos sus clientes y esperan cerrar el año con 150 millones de facturación, donde la venta on line ha crecido un 20 por ciento. «En su momento pensamos abrir tiendas pero al final lo descartamos. Hay mucha oferta y los precios del producto son bajos. Es muy difícil obtener rentabilidad con los costes de personal, energía o de alquiler», explica Cañellas.