Imagen del acceso a Es Pil·larí desde la Playa de Palma. | F.Fernández

TW
11

«Nos consideramos un pueblo, pese a ser una barriada de Palma». Esta sentencia deja patente el sentir de Es Pil·larí, un núcleo ubicado en pleno Pla de Sant Jordi, con una personalidad propia y unas señas de identidad definidas a nivel social y patrimonial, como explica el presidente de la potente asociación vecinal, Pedro Andrés Medina, quien agradece de ese lugar «la tranquilidad de vivir en el campo, más tranquilos, aunque sí que cerca de la Playa de Palma».

Esa zona es el cordón umbilical que les une a un gran núcleo de población próximo. Y ahí radica una de las desventajas que plasman los vecinos, el transporte público. «Cada 30 minutos hay un bus, de lunes a viernes. Los fines de semana y festivos, cada hora», asegura Medina en referencia a las líneas 31 y 32 y al refuerzo de conexión con Son Llàtzer, lamentando «el servicio de los fines de semana, que baja bastante», asegura.

Equipamientos de la zona de Es Pil·larí Nou. Foto: F.F.

Otro punto en el que incide la Asociación de Vecinos de Es Pil·larí es el de la asistencia sanitaria. «Tenemos el centro de salud sólo por las mañanas. Dependemos del de Can Pastilla, y tanto las tardes como los fines de semana y los festivos, nuestro PAC es el de Escuela Graduada -ya en Palma-, por lo que la gente acaba yendo, por proximidad, a Son Llàtzer, lo que supone una mayor espera y aumentar el volumen de pacientes allí», explica el dirigente vecinal, que abandera la petición de un PAC «para toda la zona de Sant Jordi, Ses Cadenes, Es Pil·larí...», añadiendo una «falta de pediatras» a nivel asistencial.

De la misma manera, reclaman a las instituciones «un puente peatonal para viandantes que comunique el Pla de Sant Jordi con la Playa de Palma». Igualmente, lamentan que «aquí no lleguen los carriles bici, para potenciar la zona y permitir que los turistas nos conozcan. Además de la movilidad de nuestros vecinos». Ahí recuerda Medina el proyecto de 'vial verde' que está en marcha y en obras, puntualizando de nuevo esa petición del puente peatonal y el vacío en alguno de sus tramos, que compromete la seguridad de peatones y ciclistas.

Pedro Andrés Medina, presidente de la asociación de vecinos. Foto: F.F.

Con unos 2.500 habitantes censados, la asociación vecinal reúne a unos 200 socios, además de a sus familias, siendo un colectivo importante dentro de un núcleo, el de Es Pil·larí, en el que preocupa también el abandono de las fincas y casas rurales, a la par que, pese a las nuevas promociones desarrolladas en los últimos años, que han generado a su vez el crecimiento del barrio -parque, pista deportiva...- «hace falta vivienda, pues la oferta es escasa, y aunque hay muchos solares, la mayoría son rústicos», apunta Medina.

Y eso que estamos ante un lugar próximo al aeropuerto y la Playa de Palma, lo que lo hace atractivo para quienes tienen allí su puesto de trabajo «por estar bien conectado», aunque ese déficit de vivienda lo dificulta. «Mucha gente que trabaja allí busca casa por Es Pil·larí, pero no es fácil», apostilla, pese al crecimiento experimentado años atrás a través de viviendas de protección oficial, especialmente.

Noticias relacionadas

Otra inquietud vecinal es el exceso de velocidad, principalmente en el Camí de Son Fangos, la vía principal que atraviesa Es Pil·larí. «Pedimos dos pasos de peatones, pero como hay un semáforo, nos dicen en el Ajuntament de Palma que no hace falta...», explica al respecto el presidente de la AAVV, que a nivel de seguridad agradece la labor del Policía de Barrio, a quien reclama «que se le pueda dotar de más medios».

Estado de las obras de la 'vía verde' que unirá Es Pil·larí con la Playa de Palma. Foto: F.F.

También en el capítulo de infraestructuras, invita a plantear la opción de tener un campo de fútbol, también como estímulo a nivel turístico al estar cerca de la Playa de Palma, además de recordar que, pese a las nuevas pistas exteriores, su piscina y polideportivo es el Toni Servera, donde constatan «colapso por el número de usuarios en diversas franjas».

La propuesta de entrar a formar parte de la política de desestacionalización turística en meses de temporada baja especialmente, pasa por iniciativas como el carril bici o el vial verde, que pueden acercar a los visitantes el patrimonio histórico y arqueológico, con yacimientos como Son Oms, Na Galera o en el caso de Es Pil·larí, la necrópolis de Son Sunyer. «Todo se podría incluir en un conjunto de excursiones para turistas o residentes, siendo un atractivo a nivel cultural y patrimonial que tenemos presente aquí al lado», espeta Pedro Andrés Medina.

Es Pil·larí cuenta con un colegio público y una 'escoleta' privada, siendo el IES La Ribera, ya en la Playa de Palma, su instituto de referencia. «No tiene la oferta de todos los bachilleres y algunos alumnos tienen que irse a otros centros», señala. Una 'escoleta' o el Casal de Barri, lamenta Medina, fueron promesas que realizaron anteriores equipos de gobierno socialistas en Cort, pero que no han acabado de ser una realidad.

Es Pil·larí es un lugar ligado al marès y la labor de los 'trencadors', que forman parte de su historia como núcleo, que se remonta a inicios del siglo XX, y del paisaje de alguno de sus rincones, para dar paso a un perfil más ligado al sector de la hostelería.

Pero si algo ha hecho popular a Es Pil·larí -cuyo patrón es Sant Francesc d'Assís, que da nombre a la iglesia parroquial- a lo largo de los últimos años ha sido el auge de un evento que, desde 2015, reúne a miles de personas en la barriada. La Fira del Llonguet se celebra cada último domingo de abril y pone en valor este panecillo tan singular «que aquí nunca ha dejado de hacerse» y que es el producto estrella en los hornos y bares.

Es otro de los símbolos de este núcleo de población rodeado de campo, y que forma parte de esa periferia de Palma que tanta atención siempre necesita para vivir en igualdad de condiciones, pese a su ubicación. Y que mantiene un espíritu y una fuerza colectiva que les permite exhibir el orgullo por ser y vivir allí, en Es Pil·larí.