Los momentos tensos del pleno del Ajuntament de Palma. | Gemma Marchena

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La crispación sigue vigente entre el equipo de gobierno y la oposición en el Ajuntament de Palma. Este jueves a las nueve y media de la mañana ya hubo gresca en la primera comisión previa al pleno. Es la consecuencia inmediata después de que este mismo miércoles el alcalde de Palma, Jaime Martínez, destituyera a Rosario Sánchez (PSOE), Neus Truyol (Més) y Lucía Muñoz (Unidas Podemos) «por falta de lealtad institucional y pérdida de confianza en su labor».

La decisión fulminante del alcalde marcó el tono de la primera comisión de la jornada: otra vez discusiones, acusaciones, un debate pedregoso y airado. Las regidoras destituidas de este cargo mostraron su indignación y exigían las explicaciones directas de Martínez. A las nueve y media no había signos de que comenzara la sesión, ya que las regidoras Sánchez y Truyol estaban en la antesala declarando ante los medios de comunicación y mostrando su malestar por su cese. No en vano había sido uno de los primeros acuerdos a los que llegó el PP con el resto de partidos, que a modo de cortesía repartía las presidencias de las comisiones previas al pleno.

«La presidenta de la comisión tiene un voto de calidad y decide los turnos de palabra», explicó Sánchez, que denunció la «actitud caciquil y la falta de cultura democrática» del alcalde. La decisión de Martínez supone «el desprestigio personal, una cortina de humo ante la falta de transparencia. El equipo de gobierno critica a la oposición, al Gobierno central y al ayuntamiento anterior», dijo la portavoz socialista, que denunció que «el PP apuesta por la crispación. El alcalde debería venir aquí a dar explicaciones».

A su vez, Neus Truyol denunciaba ante las cámaras que «se ha llevado la crispación al debate político. Tenemos un alcalde invadido por el miedo, que de forma irracional va a aniquilar a la oposición. Con nuestra destitución se intenta dar ejemplo, dejar al adversario aniquilado y reducido, lo que es muy peligroso porque es Vox quien dice lo que tiene que hacer el PP». Sánchez, Truyol y Muñoz preguntaron cuáles habían sido los motivos concretos por los que habían sido cesadas.

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Con más de un cuarto de hora de retraso comenzaba la comisión, entre las quejas de los populares. Precisamente en la primera propuesta para el próximo pleno, el PSOE proponía poner coto al «filibusterismo parlamentario en el Senado que bloquea la tarea legislativa». Lucía Muñoz reclamó cambiar la moción y sumar también la denuncia de este comportamiento en el Ajuntament de Palma.

«Hace quince minutos que estamos sentados y están dando un mitin político en un momento en el que se está llevando una tarea muy importante para la ciudadanía», advertía Mercedes Celeste, portavoz del equipo de gobierno popular. «Solo lo entienden cuando gobierna ustedes y presiden todas las comisiones», insistió Celeste, que daba muestras de recurrir a una paciencia infinita al tener que lidiar con el severo malestar de las portavoces de la izquierda. Sánchez defendió su actuación y consultó con el secretario del pleno tras las quejas de Celeste por hacer «intervenciones cuando no le corresponde». «Si considera que tiene que hacerlo, puede hacerlo», zanjó el secretario.

Por su parte, el portavoz del PP en Palma, Llorenç Bauzá, explicó a primera hora de la mañana los motivos del cese de las concejalas de la oposición. «Ayer [por el miércoles] se les ha cesado por falta de confianza y deslealtad. Aquellos que nos han acompañado en las comisiones han podido comprobar que no hay moderación ni talante. No se ha respetado el tono». Bauzá aclaró que el cese se hace efectivo a las 24 horas de la firma del decreto, por lo que no se hará efectivo hasta este viernes.

La decisión de repartir las presidencias de las mesas entre todos los partidos se llevó al inicio de la legislatura, cuando el clima era mucho más plácido y cordial. La mención de este pacto al principio fue alertado por Gari Durán: «Acabamos de conocer que había un pacto entre el equipo de gobierno con PSOE, Més y Podemos del que no tuvimos conocimiento. El nuestro [el de PP y Vox] se hizo con luz y taquígrafos».

Un pacto que habría afectado al reparto de los despachos de los grupos municipales. «Apenas hay diferencias con la oficina de Més», señalaba Gari Durán, portavoz del grupo municipal de Vox, que hacía gala de sus seis concejales frente a los tres de los ecosoberanistas. Durán declaró después con cierta sorna tras la comisión que «ya nos gustaría el loft del PSOE y las vistas de Més», aunque en el reparto de los despachos para los grupos municipales ya se advertía que se hacía en función de los concejales y Vox optó por hacer una división en sus dependencias para contar con un despacho privado. Eso sí, este malestar por el despacho no romperá el pacto programático entre PP y Vox.