En la imagen, uno de los grupos de alumnos que ayer decidieron expresar su protesta por las deficiencias del instituto de Felanitx. Foto: MIQUEL ADROVER.

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El Ajuntament de Ciutat hizo efectivos un total de 310 embargos de cuentas bancarias a lo largo del año pasado a ciudadanos de Palma por el impago de multas de tráfico. Esta cifra es muy superior a la registrada en 1998, año en que se ejecutaron cuarenta embargos de cuentas bancarias por el mismo motivo.

No obstante, el total de notificaciones de embargo de cuentas emitidas por la sección de multas durante el año 1999 fue del doble, exactamente 621.
Lo que ocurre es que pocas de estas notificaciones llegan a hacerse efectivas, en primer lugar porque no hay saldo suficiente en la cuenta embargada, o porque la cuenta es erronea o, en otras ocasiones, porque el ciudadano cuando ve que ya no hay salida opta por pagar, aunque esto último ocurre pocas veces.

Estos embargos se refieren todos al impago de multas de tráfico, pues en los casos de omisión del pago de multas debidas al incumplimiento de otras ordenanzas (urbanismo, salud pública, etc) las ejecuciones son todavía más improbables. El embargo de cuentas corrientes por parte de las administraciones públicas choca frecuentemente con la picaresca, que dificulta enormemente que las ejecuciones lleguen a su fin.

Así, es habitual que cuando una entidad bancaria recibe una notificación de embargo de una de sus cuentas, dé la voz de alarma a su cliente, quien de inmediato saca el dinero de ésta o lo traspasa a una nueva cuenta, ésta desconocida. Por ello, son numerosas las ocasiones en que cuando se asalta una cuenta de la que se tenía constancia, o bien ésta no tiene dinero suficiente para compensar la deuda o resulta que ya no existe o ha cambiado de titular.

De este modo, al no encontrar capital suficiente en esa cuenta para satisfacer la deuda, la administración, el Ajuntament por ejemplo, debe proceder a embargar otros bienes del sujeto pasivo, optándose casi siempre por aquellos de los que se tiene constancia y en el caso de las multas de tráfico el más conocido es el coche.

Pero, de nuevo, aquí se topa con que, en buen número de ocasiones, las multas proceden de un vehículo de alquiler, por lo que ni el embargo del coche no el de una cuenta de banco es posible.