Imagen de los terrenos en que el Plan General prevé construir el polígono. Foto: LLUC GARCÍA.

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LL. GARCÍA El proyecto contemplado en el PGOU destina 133.000 m2 calificados como Àrea Rural de Interés Paisajístico (ARIP) y Àrea de Asentamiento en Paisaje de Interés (ASPI) a la posible instalación de un polígono industrial y de servicios. Asimismo, podría crearse una nueva zona deportiva. Esta solución ha conseguido dividir a la sociedad sollerica, pues mientras hay quienes se muestran totalmente contrarios a la destrucción de estos terrenos agrícolas, los empresarios consideran que el polígono es una necesidad básica y vital para la comarca.

Pese a que el proyecto ya es antiguo, la noticia de que el Govern destinará en 2001 400 millones de pesetas a la compra de terrenos y a la dotación de infraestructuras ha provocado la polémica y son muchos quienes piensan que destinar esta enorme mancha verde de gran valor paisajístico y agrícola a usos comerciales e industriales es una aberración.

En la actualidad ya se ha creado una plataforma para la protección de Son Puça, que ha anunciado que elaborará un plan para frenar el proyecto, argumentando el grave impacto paisajístico y ambiental que causaría esta infraestructura junto a las carreteras de Deià y el Port de Sóller. La plataforma no ha dudado en calificar a través de artículos de opinión publicados en la prensa local que en estos momentos el polígono «es el más grande atentado paisajístico que amenaza el valle de Sóller».

Sin embargo, estos terrenos son una de las escasas zonas llanas y extensas de Sóller. Precisamente esta circunstancia es utilizada como argumento por quienes consideran que esta zona de gran riqueza agrícola podría ser explotada mecánicamente si se cultivaran naranjas. En esta zona, pese a haber una importante infraestructura hidráulica, está ocupada mayoritariamente por cultivos cerealistas, almendros y algarrobos.