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El Ajuntament de Binissalem ha iniciado esta semana la celebración de las comisiones informativas en las que se exponen y debaten una serie de temas urbanísticos que deben resolverse para poder llevar a cabo la aprobación inicial de las normas subsidiarias, prevista para el próximo mes de septiembre.

El punto más polémico de estas comisiones es el relativo al desarrollo de la segunda fase del polígono. Respecto a este tema se han puesto sobre la mesa cuatro alternativas: la desclasificación definitiva, su ejecución al 100%, la división de la segunda fase en dos subfases de ejecución no paralela y la ejecución tan sólo de una parte muy pequeña de la segunda fase, ubicada junto al primer polígono.

Esta última alternativa se trataría de una solución intermedia que permitiría la construcción de sólo unos 50.000 metros cuadrados, del total de 220.000 m2 que contempla la segunda fase. Según fuentes municipales, esta opción permitiría ofrecer suelo industrial a precios asequibles a todas aquellas empresas locales que actualmente están ubicadas en suelo rústico o bien dentro del casco urbano.

Esta última, es la única alternativa que la agrupación local del PSM, que gobierna en pacto con el PSOE, no ha rechazado radicalmente. Los nacionalistas son los únicos que mantienen desde el principio una posición clara y totalmente en contra del desarrollo del segundo polígono, mientras socialistas y populares todavía mantienen debates internos sobre la viabilidad del proyecto.