El accidente de Son Moll supuso una gran conmoción en Capdepera.

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Hoy se cumple un año de la tragedia del hotel Son Moll de Cala Rajada, que se encontraba en reformas y sin licencia de obras, donde perdieron la vida cuatro trabajadores de la construcción. Un día de lluvia, fuerte viento y frío igual, que estas últimos jornadas.

El derrumbe de parte del edificio se produjo aproximadamente a las 8.45 horas, en un momento en que muchos de los trabajadores ya habían abandonado el edificio porque se habían ido a merendar. Esta circunstancia evitó más desgracias. Al parecer, el temporal de las últimas horas y la precariedad de las obras provocaron el hundimiento del inmueble.

Bomberos de los parques de Artà, Manacor, Felanitx, Llucmajor, Sóller y Palma, ambulancias de la dirección general de Emergencias del Govern balear, la Policía Local de Capdepera y la Guardia Civil hicieron acto de presencia.

Dificultades para encontrar los cuerpos

Las dificultades a la hora de encontrar los cuerpos sepultados entre los escombros provocó una tensa espera entre familiares, amigos y vecinos que asistían en directo al trágico acontecimiento entre una gran movilización. El hecho supuso el traslado hasta el hotel Son Moll de un equipo de psicólogos de apoyo a las familias.

Las víctimas fueron Juan Manuel Fernández e Ismael Rodríguez, de 28 y 37 años y los marroquíes Mohamed y Ahmid de 50 y 23 años respectivamente.
El accidente provocó una auténtica tormenta política y judicial. Entre la confusión de las primeras horas, el entonces alcalde de Capdepera, Bartomeu Alzina, explicó que el hotel no contaba con la preceptiva licencia de obras y que hacía un mes y medio que el Ajuntament había ordenado a la empresa propietaria, Hoteles Serrano SL, que paralizara las obras, pero los trabajos continuaron a pesar de los avisos.

La gesión de Urbanismo, muy cuestionada

La gestión en el área de Urbanismo por parte de Alzina fue muy cuestionada por EU-EV, socio de gobierno, lo que supuso la ruptura del pacto por discrepancias con el alcalde y su actuación anterior al accidente. Un juzgado de Manacor inició las investigaciones y en las horas posteriores fueron detenidos el jefe de obras y el arquitecto que dirigía la reforma. Otras personas relacionas con la reforma prestaron declaración. A día de hoy, el caso todavía se encuentra en fase de instrucción.

La muerte de los cuatro trabajadores supuso un gran luto, sobre todo en Capdepera. Las muestras de apoyo a familiares y amigos se repitieron durante los días posteriores con concentraciones y minutos de silencio y una enorme presencia popular en los funerales. Incluso amigos de las dos víctimas gabellines organizaron un grupo en Facebook reclamando justicia y para que se vele por la seguridad en las obras.