Se remplazarán las culatas por otras nuevas, se limpiará el bronce con un sistema de arena a presión y se preparará un nuevo mecanismo que permitirá hacerlas sonar de nuevo, a partir del 24 de junio, mediante un sistema eléctrico sin necesidad de subir al campanario para tocarlas. La restauración de las cuatro campanas tiene un presupuesto de 31.000 euros de los que la parroquia ha reunido ya 24.000 euros de aportaciones de los fieles.
Ayer, a primera hora de la mañana los vecinos comenzaron a congregarse a los pies de la iglesia para seguir de primera mano el traslado de las campanas de 400, 100, 35 y 15 kilos de peso. Una gran grúa se encargó de bajar las campanas y posteriormente los mecanismos de sujeción.
La primera en bajar fue la campana más grande y también la más moderna. Fue fabricada en 1915 reutilizando el bronce de una campana de 1729. A continuación bajaron las dos campanas pequeñas de 1855 que son las que dan las horas y por último la campana mediana que data de 1918.
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