Tras la celebración de la Misa Major un numeroso público se concentró en los alrededores de la Plaça de l’Ajuntament para vivir el regreso de este ancestral baile. Pasadas las 12:45 sonaron los primeros acordes de una pieza que durante años fue considerada el «himno» del pueblo y seguidamente los danzadores interpretaron el Ball de la Filadora, en el que se simulan los movimientos de los telares y se basa en elementos tradicionales del ball antic mallorquí.
La actuación finalizó con un prolongado aplauso de los presentes y conla certeza por parte del alcalde Miquel Ensenyant de que este baile «tendrá continuidad, no dejaremos que se vuelva a perder después del extraordinario trabajo realizado para recuperarlo».
La recuperación ha sido posible gracias al trabajo de documentación histórica realizada por l’Escola Municipal de Música i Dansa d’Esporles.
Su origen se encuentra a principios del siglo XX, cuando el músico y compositor, Pere Miquel Marquès Garcia, (Palma 1843 – 1918) veraneaba en la finca esporlerina de Can Arbós. Al sentirse ligado al pueblo quiso dedicarle una composición que se llamó L’Esporlerina Filadora con letra de Llorenç Riber y que va regaló al Ajuntament en 1906; para realizar esta pieza se inspiró en unas máquinas que iban sobre los railes que había en la fábrica de Can Campos. En agradecimiento el pueblo le dedicó una calle.
Pasados unos años se creó un baile para acompañar la tonada y se convirtió en tradición bailar esta danza por las fiestas de Sant Pere.
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