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La tradición, la artesanía, las buenas oportunidades, el deporte, el ocio o la cultura fueron ayer los protagonistas de las celebraciones de las Fires i Festes de Primavera. La ciudad amaneció con una amplia oferta que llenó de gente y de color las calles de la ciudad.

Uno de los puntos donde hubo más movimiento durante la mañana fue en la Plaça Ramon Llull y alrededores. La XII muestra de artes manuales ofreció una degustación del oficio de hacer encaje de bolillos, brodar punt mallorquí. Participantes venidos desde diferentes puntos de la isla pusieron en escena toda su arte.

Los pequeños también pudieron participar en los talleres de juegos de mesas y rompecabezas organizados por la asociación de arte, ciencia y tecnología. Asimismo se habilitaron zonas para practicar el fútbol sala con una gran participación.

La Rambla del Rei en Jaume se convirtió en un amplio mercado de segunda mano donde los asistentes pudieron comprar a buen precio una gran variedad de artículos, entre los que había ropa, vestidos, bisutería o libros. Fue un guiño a unas compras solidarias.

La música llegó a la Torre del Palau de la mano de la Orquestra de Corda Jove de la escuela de música. En el apartado deportivo, la Torre dels Enegistes acogió torneos de rugby.

Por la tarde el protagonismo fue para los Castellers que un año más concentraron en sa Bassa centenares de personas para disfrutar de unos espectaculares castillos humanos. En esta edición se contó además con las Colles Castellers de Mallorca, Al·lots de Llevant y la 'colla jove' dels Xiquets de Tarragona. Todo un espectáculo de altura que dió paso a una noche de vinos y música.