El nuevo espacio donde se reúnen los niños se ha creado a partir de palés y de muebles que han ido confeccionando en el colegio.

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El Colegio Sant Miquel de Son Carrió es un centro singular. El centro es un mundo educativo diferente donde hay una ciudad, una mercería, una agencia de viajes, una cafetería o un huerto...

Padres y profesores se han convertido en carpinteros, diseñadores, albañiles o pintores para construir diferentes ambientes que simulan diferentes ambientes de la vida real.

Así lo explicael director del centro, Joan Antoni Oliver. «Vamos adaptando los muebles a nuestras necesidades. La Conselleria envía las tradicionales mesas y pupitres pero nosotros, con ayuda de la Asociación de Padres, llevamos a cabo las reconversiones que exige nuestro sistema educativo. También nos quedamos con muebles de algunos hoteles que cierran la temporada. Los niños cultivan sus productos en el huerto y posteriormente aprenden a cocinarlos».

Este año han creado un espacio de grupos de referencia donde alrededor de un palé convertido en una mesa reflexionan, intercambian opiniones. También hay una sala de arte donde se convierten en artistas o arquitectos.