Vista de la fachada del colegio sa Torre de Manacor. | Guillem Mas

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Las 21 familias que se niegan a que sus hijos sean escolarizados en el colegio de Infantil de sa Torre exigen que «se trabaje para crear un proyecto educativo interesante y atractivo para este centro y el Simó Ballester y no solo en crear medidas para obligar a las familias a inscribir a sus hijos en este colegio».

Los afectados también censuran las voces que apuntan que «no queremos que nuestros hijos vayan con inmigrantes, esto no es cierto, es más, somos los primeros interesados en fomentar la integración de todas las escuelas de Manacor, ya que la educación de nuestros hijos está en juego».

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Las familias afirman que, en relación a la situación del colegio de sa Torre, «no se han rellenado ni las plazas ordinarias ni las NESE –escolares que no conocen ni el castellano ni el catalán–, ya que este centro ha sufrido un abandono institucional estos últimos 10 años. No es una cuestión de procedencia de ninguna familia, es un problema de falta de un proyecto educativo que genere confianza».

Recuerdan que «la obligación ha sido la única solución que se nos ha dado desde la Administración, que hace años que no funciona», además de avisar de que «no matricularemos a nuestros hijos en un proyecto que no nos genera confianza».

El regidor d'Educació, Sebastià Llodrà, ha manifestado que «entendemos el malestar de las familias que no han obtenido plaza en el centro solicitado, pero, a la vez, valoramos en trabajo desarrollado por el Consell Escolar y la Conselleria d'Educació para una auténtica distribución del alumnado de educación de tres años».