Miles de personas vibran con la batalla de los moros y cristianos de Pollença. | P. Pellicer

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«Mare de Déu dels Àngels, assistiu-mos!/ Pollencins, alçau-vos/ que els pirates són aquí». El grito de alerta de Josep Seguí 'Balater', en el papel de Joan Mas, desató este domingo la euforia en la Plaça de l'Almoina, marcando el inicio de una fiesta, la del Simulacro de la Patrona de Pollença, que rememora la expulsión de los corsarios piratas capitaneados por Dragut (interpretado en esta ocasión por Tomeu Cànaves 'Anguiler') en la madrugada del 30 al 31 de mayo de 1550.

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El que se conoció durante años como el 'Día de la Desgracia' ha derivado, con el paso del tiempo en una celebración de masas. Este año el Ajuntament de Pollença ha introducido ciertas restricciones para evitar los desmadres, las intrusiones y dar un mayor rigor histórico y vistosidad a la fiesta, y es que la multitud es difícil de contener y si algo son las fiestas de la Patrona son multitudinarias.

Tras el encuentro inicial entre moros y cristianos (pasaban diez minutos de las siete de la tarde) la batalla discurrió por las principales calles de Pollença. El Ajuntament Vella se incorporó a la altura de la calle del Àguila y los enfrentamientos continuaron hasta alcanzar el campo de futbol de Can Escarrintxo donde, los cristianos acabaron haciéndose con la bandera de los sarracenos.