La segunda planta de la estación se destina al arte y a la restauración. | Assumpta Bassa

TW
2

El pasado día 27 de diciembre, la tienda de productos de la marca Artà, ubicada en la antigua estación del tren, abría sus puertas con grandes expectativas y muchas ilusiones. Unos 40 artesanos y empresarios se embarcaban en una aventura comercial y ponían a la venta sus productos en esta botiga.

Los datos facilitados por el Ajuntament muestran que esta iniciativa ha sido todo un éxito. Desde la puesta en marcha y hasta el 31 de agosto se han realizado 13.316 ventas.

El edificio se ha consolidado como un modelo de producción local en el que se pueden adquirir hasta 700 productos diferentes. En la primera planta se encuentran todos estos productos y este verano se abrió la segunda planta, que se dedica al arte, restauración y esculturas. Se ha habilitado también un espacio para poder hacer talleres.

Según las estadísticas, uno de cada siete visitantes compra un producto y el 93% de los que se acercan a la tienda son de fuera. Los asociados liquidan al Ajuntament el diez por ciento de la venta, que se reinvierte en la propia estación.

En este punto que conecta con la vía verde también se ponen en marcha muchos servicios de promoción turística como el alquiler de bicicletas o de caballos y también se está planteando poder organizar viajes en globo.