Las viviendas tuteladas son casas que la Administración pone a disposición de gente mayor capaz de hacer sus actividades diarias con el objetivo retrasar su ingreso en una residencia, además de promover la solidaridad y la ayuda mutua entre los residentes en los pisos, potenciar su autonomía y facilitar su bienestar físico y emocional.
La alcaldesa Aina Munar, otros regidores y cargos del IMAS asistieron a la celebración, que incluyó un refrigerio. También acudió Paco Rosselló, el alcalde de Alaró que puso en marcha la primera vivienda en 1993. Rosselló celebró el éxito de la iniciativa, pero recordó que «todo el mundo se reía de la idea, que por cierto importamos de Suiza». Rosselló recordó que con las viviendas «queríamos que la gente mayor no se viera obligada a abandonar el pueblo».
Alaró cuenta actualmente con dos viviendas tuteladas en las que residen ocho personas. El IMAS destina algo más de 21.000 euros al año al mantenimiento del servicio.
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