La desembocadura del torrente de Na Borges, el emplazamiento donde el Ajuntament de Santa Margalida desea instalar un chiringuito. | Antoni Pol

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Tal y como se esperaba, el Govern se opone a la instalación del chiringuito y otras «instalaciones de temporada» (léase sombrillas, hamacas...) en Son Serra de Marina, concretamente en la desembocadura del torrente de Na Borges. El Ajuntament de Santa Margalida, el promotor del chiringuito y demás servicios playeros, lo tiene muy difícil para sacar adelante su proyecto.

El informe preceptivo redactado por la Direcció General d’Espais de Natura i Biodiversitat señala que el chiringuito, las 100 hamacas y 50 sombrillas, velomares, pádel-surf, canoas y demás instalaciones «pueden afectar apreciablemente a los espacios y a las especies de interés comunitario del LIC –es una figura de protección medioambiental– de Na Borges».

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El informe rechaza también un área recreativa para juegos infantiles y dos zonas de acceso al mar para esquís náuticos, esquís bus, esquís paracaídas y para motos náuticas situadas en el litoral de Can Picafort. Dichas infraestructuras también están ubicadas en una zona protegida, en concreto en el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) de las bahías de Pollença y Alcúdia.

A efectos jurídico administrativos, el informe técnico mencionado no es un ‘no’ definitivo –desde el punto de vista teórico– al chiringuito y demás servicios playeros, pero si en lo práctico. Si ahora el Ajuntament de Santa Margalida quisiera seguir adelante con su proyecto debería someterse a un procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental, un procedimiento que podría alargarse durante meses. El resultado previsible de iniciar esa alternativa sería, igualmente, un ‘no’. En ese sentido, debe recordarse que Caterina Amengual, actual directora general d’Espais Naturals i Biodiviersitat, avanzó hace meses que el Ejecutivo descartaría el chiringuito proyectado por el Consistorio viler.