Tomeu Servera, Miquel Àngel March, Andrés Nevado, Tomeu Cifre y Toni March durante la presentación.

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El futuro del reciclaje ya esta aquí. Pollença pone en marcha un plan de residuos pionero a nivel del Estado que controlará mediante un sistema de chips el volumen de cada una de las fracciones que reciclará cada vecino. De este modo, el ciudadano obtendrá una rebaja automática en el recibo de la basura. Todo ello se resume en la premisa: «Quien contamina paga».

Cada vivienda se identificará mediante la instalación de un discreto chip en su fachada que el personal que realiza la recogida utilizará para introducir los datos de las fracciones retiradas. Habrá un pesaje individualizado a pie de calle. El Ajuntament aún tiene que resolver que solución dará a los bloques de pisos. En el suelo rústico se habilitarán tres deixalleries satélite, vigiladas por personal, en las que se harán los pesajes controlados.

La implantación del plan de residuos no será inmediata. El plan se compone de 41 acciones a desarrollar a lo largo de cuatro años con una inversión total de 1.469.500 euros. Se calcula que el cambio de sistema supondrá un ahorro sostenible de 3.671.388,70 euros. El nuevo sistema funcionará a partir de enero de 2018 y afectará exclusivamente a los vecinos del suelo urbano y rústico de Pollença y, posiblemente, a la Cala (quedará pendiente la implantación en el Moll). Se eliminarán todos los contenedores y se extenderá la recogida puerta a puerta a todo el núcleo urbano, incorporando por primera vez la recogida de basura orgánica.